Aquí comenzó la historia del Canelo: Gimnasio Julián Magdaleno, sede y forjador de campeones

José “Chepo” Reynoso cuenta de la primera vez que llegó Santos Saúl Álvarez Barragán al sitio en donde se pulió como boxeador

Canelo Álvarez (Foto: Especial).

A los 13 años, estaba ahí, cargando muchos sueños, ilusiones, metas, y seguramente sin saber que hoy sería Saúl “Canelo” Álvarez, el peleador mexicano más mediático de la historia, y con esa dualidad, única para quienes aspiran a ser ídolos, de ser amado u odiado, según con los ojos con que se le miren.

Y precisamente, este sitio, uno que transpira ese olor a esfuerzo y sacrificio, con miras a una gloria que siempre podría ser valedera para quien trabaja con ahínco, el gimnasio Julián Magdaleno, es en el que comenzaron a escribirse las primeras letras del relato de aquel jovencito que pudo romper esquemas, porque desde su pinta, ya era diferente.

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Lugar del que salieron grandes Campeones del estado de Jalisco, como Óscar “Chololo” Larios, y es quien estuvo detrás del éxito de este figurón, y quien de igual forma fue moldeando al Multicampeón Supermediano CMB, OMB, AMB y FIB, José “Chepo” Reynoso, el que desmenuza sobre este fortín, y esa relación única e inquebrantable con su pupilo.

“La historia del gimnasio Julián Magdaleno empieza en el 2004, cumplió 19 años ya, justo cuando Saúl llegó es cuando se inaugura el gimnasio Julián Magdaleno. ¿Por qué Julián Magdaleno? Bueno, Julián Magdaleno fue, se puede decir, mi mentor. Yo aprendí mucho con él, estuve con él, me dio la oportunidad de ser su second, y me dio la oportunidad de estar en la esquina cuando la Cobrita González en 1995 ganó el Campeonato Mundial en San Antonio, Texas.
“Julián Magdaleno fue buen manager, buen entrenador, y era un hombre muy inquieto, que aprendía mucho, y se preocupaba por aprender. Desgraciadamente murió a la edad de los 48 años en 1998, y yo, como reconocimiento, como un homenaje, al gimnasio le puse Julián Magdaleno”.
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‘Llegó el niño pecosito’

Después de pasar por el Code Jalisco, en donde pudo destilar ese talento nato que desde muy chavito ya tenía, Santos Saúl, siempre con su hermano Rigoberto, El Español, como el que lo arropó en esta ruta del pugilismo, decidió encaminarlo con los Reynoso, y entonces el Magdaleno se convirtió en su domicilio alterno.

“Fíjate que cuando llega el Canelo, el gimnasio Julián Magdaleno estaba de moda, porque teníamos al Chololo Larios y al Chatito Jauregui, que eran Campeones, dos Campeones Mundiales de aquí de Jalisco, se puede decir que éramos el gimnasio del momento, el más popular, y al hablar del gimnasio estamos hablando de mi hijo Eddy y yo.
“Entonces una tarde el Español Álvarez sabía de nosotros, y su hermanito apenas empezaba, tendría unos 13 años, yo creo, y Rigo lo estaba enseñando en su casa, de una forma, pues muy rudimentaria, sin aparatos y sin nada, entonces una tarde llegó aquí con su hermanito, y nos dijo que quería que lo entrenáramos nosotros; era más o menos bueno, diferente, porque era pecosito, era pelirrojo y todo eso, era diferente y es diferente, al común de los boxeadores mexicanos, esa era la diferencia, pero como puedes ver, al gimnasio llegan muchísimos peleadores, muchos jóvenes, más bien que no son peleadores, y todos traen la ilusión de hacer algo en el boxeo.
“En ese entonces el Chololo era el que estaba de moda, pues todos querían ser Chololos, ahora el Canelo está de moda, todos quieren ser Canelos, entonces el primer día yo vi entrar a un niño, un niño fuerte, muy fuerte, muy jovencito, pero nada, no pasó nada. Conforme van pasando los días y le estamos enseñando las cosas, que mover la cintura y todo eso, fintar, y vimos que lo asimilaba, pues lo aprendía y lo desarrollaba arriba en el ring”.

‘Se le veía madera’

Chepo, un tipo echado para adelante, frontal con la labia, pues es parte de su forma de ser, acepta que ni siquiera le pasó por su mente, a primera vista, que tenía ante sí a una estrella de este deporte, pero que, gracias a su talento, lo pudieron ir formando.

“Es cuando dices, aquí puede haber algo, pero hay muchos muchachos que vienen y aprenden, y todo, pero este muchacho aprendía rápido, muy fuerte, y para adentro, y moviendo la cintura, entonces pues sí, albergamos la esperanza de que hubiera algún buen peleador ahí”.

Adelantado a su tiempo

Y Reynoso, quien, por cierto, gusta del baile y aventarse sus palomazos, asevera respecto a que el tapatío siempre fue un paso adelante, por lo que tuvieron que apresurar el estreno a nivel profesional, porque además los rivales de su generación, más bien le rehuían.

“Debutó profesional a los 15 años, porque ya nadie quería pelearle en amateur. Había cumplido 15 en julio y él debutó en octubre de 2005; entonces ya está por cumplir 18 años de profesional, es un joven, es un joven veterano, pero aparte, si tú le ves su cara, su rostro está limpiecito, su mente está limpiecita, porque ha sido un muchacho que aprendió a mover la cintura, todo lo que él sabe se lo enseñamos nosotros y así le enseñamos a la mayoría de peleadores, porque para nosotros lo más importante es que aprendan o enseñarles nosotros los movimientos de cintura, y para que no salgan golpeados, y así la mayoría tienen ese común denominador”.

Será una verbena

Finalmente, el profe aplaude esa opción de Canelo de regresar a Guadalajara, al Estadio Akron de Zapopan, Jalisco, para defender ante John Ryder sus cinturones Supermedianos el próximo 6 de mayo.

“Siento gusto, ¿por qué?, porque eso habla del agradecimiento que tiene el Saúl para su pueblo, porque es complicado, solamente gente que tenga buen poder económico puede ir a Las Vegas, gastar en vuelos, gastar en hoteles, gastar en alimentación, gastar en boletos; en fin, se ocupa tener un buen billete para ir a verlo allá.
“Entonces, ¿qué es lo que pasa? Dicen por ahí, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma viene a la montaña. Así que sí, El Canelo viene ahora aquí a que lo vean en su tierra, y es una forma de agradecerle a todos los que no pueden ir a verlo allá; ‘bueno, pues aquí estoy para que me vengan a ver Al Akron’”.



  • Rodrigo Mojica
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