‘Le estaban dando una madriza’; Beristáin decidió pararle la pelea a De La Hoya ante Pacquiao
Don Nacho, la única vez que entrenó al Golden Boy, fue ante el tagalo; Oscar le agradeció por detener aquella paliza que le propinaba Manny.
De entre los peleadores destacados que tuvo bajo su mando Ignacio Beristáin, además de los Ricardo “Finito” López, Juan Manuel “Dinamita” Márquez, Rey Vargas, por mencionar a algunos, también tuvo algunos otros que sólo actuaron bajo su tutela en alguna ocasión.
A Julio César Chávez, quien sólo por subir a manejarlo ante Miguel Ángel “Mago” González, le dio la nada despreciable cantidad de 40 mil dólares, se une Óscar de La Hoya, quien igual decidió que don Nacho, con esa fama de hacedor de Campeones Mundiales, lo preparara para su combate en contra de Manny Pacquiao.
Sin embargo, y a pesar de que Oscar siempre se distinguió por ser un gran boxeador, de variados recursos, en aquella reyerta las cosas se pusieron color de hormiga, por lo que Beristáin tuvo que tomar la decisión más complicada que hay en este deporte.
Y el propio preparador, en charla con Erik “Terrible” Morales para Un Round Más (emisión que puedes seguir en el FB de mediotiempo), desveló que, aun cuando los otros integrantes de la esquina no estuvieron de acuerdo, él entendió que lo mejor era parar aquella masacre del Pacman sobre el mexicoamericano.
¿Por qué ‘aventó la toalla’?
“Una experiencia bien cabrona, porque trabajamos muy fuerte, una pelea muy fuerte y tenía un pendejo ahí que lo colgaba de los pies, lo metía en una tina con hielo, y yo le decía: ‘esas madres son para quitarte el dolor corporal, pero te va a hacer daño, eso no puede ser’, después de la pelea, que yo la paré, aunque el hermano me dijo ‘no, usted no la va a parar’, y que me valió que fuera su hermano, se lo estaban madreando muy gacho y la detuve.
“Le puso una remadriza, y no iba a permitir que lo lastimara; él mismo me lo dijo después: ‘Nacho, soy un caballo de carreras, pero viejo, ya cansado’, me dio las gracias y la esposa también. El hermano era quien estaba cagado, aunque después me lo encontré y también me agradeció, porque estaba muy madreado”.