¡Pasado de lanza! El chócalas de un boxeador al otro fue en su rostro y lo noquea | VIDEO
Rubén Torres consiguió la victoria de manera tramposa sobre Cristian Báez, pues lo golpeó durante el saludo de arranque de un round.
“Siempre dicen que te protejas en todo momento”, fue la excusa de Rubén Torres, luego de propinarle tremendo golpe al rostro a su rival, en este caso, Cristian Báez, como culpando que éste no lo hizo.
El último fin de semana, en el Centro Internacional de Eventos Omega Products en Corona, California, se dio un capítulo por demás sui géneris, pues ni siquiera se recuerda algo parecido de un púgil con uno de sus oponentes, porque además en todo momento rondó la trampa.
Resulta que Torres, se aprovechó de Báez, pues cuando éste se disponía al choque de guantes, ya estaba sintiendo el puño del rival, lo que derivó en un nocaut instantáneo en el séptimo round.
¿Qué pasó en el séptimo?
Para el episodio siete, el venezolano Baéz cayó sobre la lona por un tropiezo, motivo por el cual el réferi detuvo la contienda unos instantes para que se levantara; fue entonces cuando el estadounidense Torres se acercó a su contrincante y levantó su puño izquierdo para chocar guantes, algo que suele ser habitual, por ejemplo, al arranque de cada reyerta, pero él lo utilizó como una barata estrategia.
Inmediatamente después del ‘saludo’, Rubén sacó un derechazo letal al cuello de su rival, quien se desplomó de espaldas sobre el cuadrilátero completamente rígido, pues evidentemente el impacto le dio en algún nervio de la zona.
Fue atendido por los médicos ante el susto del propio juez, quien según se ve en las cámaras, le tomó el pulso para comprobar sus signos vitales.
“Esto es boxeo y los peleadores como yo siempre estamos al ataque. El árbitro dio la señal para comenzar a pelear nuevamente y salí con las alarmas encendidas, especialmente después de que lo derribé.
“Lo golpeé con un gancho de izquierda y eso fue todo, la pelea había terminado”, explicó Torres.
Por su puesto, el video se hizo viral en redes sociales, porque además del antideportivismo puro, el tercero en la superficie validó el gane del norteamericano sobre el vinotinto.