'No cabeceaba ni en velorios’; Chepo Reynoso analiza la evolución del Canelo Álvarez
El descubridor del multicampeón Supermediano destaca de éste su entereza para sobreponerse a las adversidades; Saúl enfrenta este sábado, en la T-Mobile Arena, la tres ante Gennady Golovkin.
'Sigue trabajando, porque es muy claro su anhelo, que su historia se conozca, desde la tierra hasta el cielo, y cuando hablen de boxeo, que siempre nombren al Canelo’, dice la letra de la canción que José “Chepo” Reynoso le compuso a su muchacho, Saúl Álvarez, a quien adoptó cuando era un adolescente.
El Español, Rigoberto, hermano mayor del Supercampeón Supermediano, alguna vez contó que “el chamaquito era entrón”, y Reynoso, que la hizo entre mentor y padre, explica esos dichos, pero además los adereza con todo el temple que hasta el momento ha tenido para ir en contra de la corriente, de sus antis, de quienes demeritan lo que ha logrado.
“Es enormemente fuerte de espíritu, muy consciente de lo que quiere, de lo que busca y de lo que está pretendiendo, como la parte de la canción que le compuse, es lo que él quiere, que después de 20 o 30 años que se retire, que eso pase, que lo recuerden, porque eso quiere decir que hiciste una gran historia”, dice Chepo, en charla con mediotiempo desde su natal Guadalajara, en el mismísimo Barrio de San Andrés, de donde también salieron Los Freddys y Oswaldo Sánchez.
Éste sábado 17 de septiembre, en la T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada, Canelo enfrenta, para validar la trilogía, al kazajo Gennady Golovkin, por los títulos Supermedianos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Canelo cumplía con las cinco del Chepo
Don José, hablando de esos preceptos básicos que él tiene en su lista para captar a los verdaderos diamantes en bruto: disciplina, valor, talento, quijada y poder, asegura que Álvarez los tenía, aunque igual tuvo que pasar por el proceso de aprendizaje para afinar detalles y convertirse en un gran boxeador.
“Lo fui descubriendo, porque llega un muchachito, de 14 años, muy fuerte, pelirrojo, pecosito y con un cuerpo como un toro, El Chololo (Óscar Larios) le decía el Charolais, por su cuerpo; tiraba muchos golpes, pero no cabeceaba ni en los velorios, porque no se lo habían enseñado, pero si llegas a donde te están enseñando cosas nuevas, las aprendes y es ahí en donde dices, ‘ahí está el talento’, muy disciplinado, valor, porque lo tiene. Quijada, teníamos el pendiente; lo debutamos a los 15 años, porque ya no había quien peleara en amateur con él, después de ganar la medalla de oro en las Nacionales. Entonces es cuando empieza a pelear y está noqueando, noqueando y noqueando. Sabemos que pega, pero no sabemos si aguanta; y cuando tuvo la primera pelea en Las Vegas con el hermano de Cotto, lo tocó en el primer round y lo deja tambaleando, pero siempre moviendo la cintura; total, pasarían unos 20 o 30 segundos ahí, y nosotros: ‘salte, salte’; se salió y controló, manejó el round. Cuando salió dijo ‘estoy bien’; entonces, aguanta. Nos dimos cuenta que tenía los cinco atributos que yo busco”, aseguró el descubridor del Canelo.
Le veía al Canelo madera de campeón
Esa buena hechura que fue logrando Álvarez con el paso de los entrenamientos, en combinación con su personalidad, eran valederos para solo buenas sensaciones de parte del mismo Reynoso, aunque acepta que, pensar en lo que es hoy Saúl, no sería del todo honesto admitirlo.
“Mentiría si digo que imaginé que lograría todo lo que ha conseguido, pero tampoco se me hace extraño; no estoy sorprendido, porque esto que está pasando sucedió a lo largo de 18 años, desde que llegó al gimnasio y desde que se hizo profesional van a ser 17; todo lo ha ido ganando, paso por paso, y cuando llega al lugar que ahora se encuentra, pues bueno, fue la suma de muchas horas: meses, años de trabajo. Pero, sobre todo, de un trabajo bien hecho, de un trabajo responsable, porque hay mucha gente que se acaba la vida trabajando y no sale, porqué, porque a lo mejor no hace las cosas bien. Nosotros siempre nos preocupamos, y hablar de nosotros es hacerlo de mi hijo Eddy y yo, y de Saúl también, de hacer siempre las cosas bien”.
Oídos sordos y mente abierta ante críticas
Muchas voces insistentes, referentes a una carrera que tal vez le hicieron a modo al peleador tapatío, fueron la constante en este tiempo, críticos voraces, pero además personajes que casi siempre minimizaron sus triunfos, todo ello no causó mella en el jalisciense.
“En primer lugar es un muchacho inteligente, sabe manejar las cosas, sabe qué críticas son sin fundamentos, qué es producto de la televisión; si tantos que han pasado por la televisión, y no digo un nombre, y las televisoras apuestan por ellos y no han dado el ancho, Saúl llegó en un momento en que funcionó en la televisión, pero también ha funcionado en la taquilla, ha funcionado donde quiera, ¿Porqué? porque vale, porque el muchacho vale”.
Sobre si a él le pudo molestar todo ese entorno negativo, la cabeza del Canelo Team se dice un respetuoso de las opiniones, porque esas son libres y de cada quien.
“Si se enganchara uno… no; afortunadamente, es lo único que tenemos libre, el pensamiento, lo demás a lo mejor no es tan libre, está amarrado a algo, pero la gente es libre de pensar y de decir, y si a lo que piensas, le aplicas la palabra, es tu problema, pero no es engancharse; al contrario, uno está seguro. Estoy seguro de Saúl, de lo que aprendió, porque se lo enseñamos y lo que le enseñamos ha sido bueno, la prueba es que es un hombre que tiene más de 60 peleas y vele su cara y su mente, están limpias, como si nada, otros a las 20 o 30, ya están todos jodidos. Quiere decir que lo que hicimos, fue un buen trabajo”, refuta Chepo y cierra esta entrega entonando algunas estrofas del corrido que escribió para su chaval pelirrojo.