De vender dulces en los camiones a debutar con victoria en el boxeo

Edgar Cuenca, superó su problema de drogadicción, para alcanzar su meta de convertirse en puglista profesional.

Cariguante salió con la mano arriba en su primer compromiso profesional (Producciones Deportivas)

Edgar Cuenca, también conocido como Cariguante, es un pugilista mexicano que este fin de semana debutó con victoria por decisión unánime contra el estadounidense Anthony Constantino, algo que quizá no llame la atención, pero lo que lleva detrás este resultado es lo que verdaderamente importa y lo que bien puede servir de ejemplo para otras personas.

Con 34 años de edad sostuvo su primer combate profesional y salió con la mano en alto. Independientemente de que el resultado no le hubiera sido favorable, él ya se sentía un ganador por todo lo que tuvo que atravesar para subirse al cuadrilátero y presentarse en una función que, incluso, tuvo transmisión a nivel nacional.

¡Hasta lloró! Así fue la REACCIÓN de Checo Pérez tras quedar fuera del GP de México | VIDEO

Cariguante es un sobreviviente de la drogadicción, proviene de una familia disfuncional y para pagar sus entrenamientos ha tenido que subirse a los camiones a vender dulces. Nada lo ha detenido y sus problemas los ha superado para cumplir su sueño de ser boxeador profesional.

“Lo que pasaba por mi mente era no quedar mal a todo el pueblo mexicano. Yo vendo dulces en los camiones, entonces para un vendedor de dulces que viene de una familia disfuncional y marginal estar aquí es más... aunque hubiera perdido, me hubiera ido con la mano en alto”

Su problema de drogadicción le acarreo que pocas personas confiaran en él. Su esposa y su entrenador le dieron la espalda, le dijeron que nunca haría nada importante en su vida y el sábado, con su primera victoria, les respondió.

“Me siento feliz porque mi primer entrenador me dijo que yo nunca iba a ser profesional, me cambié de gimnasio y aquí estoy”
“Destruí a mi familia, tengo dos hijos adolescentes, me dejó mi esposa por ser un drogadicto, alguien de la calle. La última vez que me vio hace ocho años me dijo que yo nunca iba a salir de las drogas, del vicio y espero me esté viendo... sí salí”

No importa la edad, no importa cuánto tiempo le llevó alcanzar esta meta, Cariguante es un ejemplo de que de las barreras se pueden romper y alcanzar esos sueños que, por más lejanos, se pueden tocar con la mano.

NOTAS MÁS VISTAS