¡Mamá y Campeona! Jackie Nava acepta que el boxeo femenil todavía no es bien valorado
La tijuanense sigue en esa pelea para que a las mujeres boxeadoras se les dé un trato equitativo, por ejemplo, en el salario.
En 2013, cuando experimentó esa etapa de ser madre, aún con las dudas en pleno acerca de lo que vendría para ella, pues la boxeadora llegó a merodear en su mente que ahora su etiqueta sería la de expugilista, de forma automática ya estaba corriendo por las mañanas, como siempre, pero ahora empujando la carriola de la pequeña Frida.
Jackie Nava, en la cúspide de su carrera, y como parte activa de ese boom del boxeo femenil que se dio en la primera década de los años dos mil, dio el paso a lo que parecería es la cúspide de cualquier mujer, la de ser progenitora, pero, al final, y a pesar de los pensamientos contrastantes, decidió alargar su camino en esta ruta, en la que sigue, de la mano de sus hijas.
“Antes de que tuviera a Frida pensé que iba a estar muy ocupada siendo mamá, que no iba a tener tiempo, y entonces sí pensé en retirarme, pero no sé qué pasó realmente, que mi primer pensamiento fue ponerme en forma, con miras a pelear de nuevo, y de verdad que fue extraño, pero a los 40 días me dijo el doctor que podía hacer ejercicio, recuperar mi peso y me podías ver corriendo incluso con mi carriola.
“Esta etapa me dio como más fuerza, más motivación, no fue fácil, porque amamanté hasta los dos meses, pero pude ponerme en mi mejor forma entrenando; un año después ya estaba disputando una pelea de título del mundo, fue todo un reto, para mí fue eso, pero entendí que era parte de lo que quería ser”, cuenta en entrevista con mediotiempo.
Pide equidad en las condiciones
Y es justo en el día en que casi en todo el planeta se festeja a las mamás, el 10 de mayo, que La Princesa Azteca, durante la charla, hace un recuento de lo que ha sido su andar arriba de los ensogados y acepta que el segmento femenino sigue siendo golpeado con un trato inequitativo, porque las bolsas, los premios y todo lo que genera esta actividad tan lucrativa, no termina por salpicarlas, ni siquiera siendo Campeonas del Mundo.
“No te puedo decir que pase eso, realmente, tal vez he logrado ganar un lugar estelar en las carteleras, pero en bolsas todavía no hay ese mismo trato, he empezado a ganar mucho mejor, aunque todavía hay una gran diferencia entre lo que ganan los hombres y lo que ganamos nosotras, lo sigo peleando para que se ajuste, y veo que en Estados Unidos eso ya está cambiando, pero ahora queremos que eso se refleje en México para que nuestro deporte sea aún más atractivo”.
Su consejo: “Que sean muy vivas”
A pesar de que en el pugilismo sigue habiendo esa brecha de oportunidades entre ambos géneros, Jackie no desalienta a las chicas a cumplir sus sueños de ser peleadoras, pero las alerta en el sentido de ser inteligentes y muy vivas, porque suele pasar de que les toque toparse con algunos charlatanes.
“Sí es buena opción mientras que quieras dedicarte a esto, porque es una actividad que requiere mucha disciplina, no es solo aventar golpes, y además es bueno tener como base el estudio. Es uno de los deportes más completos, pero no es solo de pegar duro, hay que tener mucha constancia y paciencia.
“Es importante darte a respetar, primero que nada; buscar un entrenador que verdaderamente lo sea, porque hay muchos que ni lo son; estar atentas con la parte legal, entender y saber lo que van a firmar, porque conozco a varias boxeadoras de las que se aprovechan, y les quieren pedir dinero de todo, cuando al final nosotras somos quienes nos subimos al ring, las que aguantamos el castigo”.
Jackie, la mamá boxeadora
Y retomando la dualidad de boxeadora y madre, Nava comparte que le toca dividirse, porque una cosa no puede hacerla desatender a la otra, aunque su plus es que ha contado con un gran respaldo para estar al tanto de su profesión y de casa.
“También me ha tocado jalarme las greñas, lloro a veces, pero es parte de la vida; ha sido un trabajo en equipo, estoy agradecida con mi staff, con mi familia, con mi madre, con mi esposo que me sigue ayudando, él se queda con ellas y cumple con todo: las peina, les da de comer, las lleva a la escuela, así es como he podido avanzar como mujer y como boxeadora”.
Acerca de la manera en que las niñas toman el hecho de que mamá se sube a liar a golpes con una rival, la tijuanense explica que siempre entendieron su trabajo, a pesar de su corta edad.
“Ellas crecieron en este ambiente, crecieron viéndome hacer sparring, entrenando, tanto Frida como Valentina entienden que es el trabajo de mamá, no ven como que me estoy golpeando con alguien porque sí, no lo ven como violencia, o como que soy mala. Les gusta que sea famosa, se ponen mis playeras, mis gorras y con sus amigas eso les gusta presumirlo. Han sido parte de todo”.
En esa cuestión de cómo es una mamá pugilista, comenta que “no sé cómo sean las otras, en mi caso son muchas actividades en el día, estar a cargo de muchas cosas, ir al gimnasio, cuidarlas, nuestra rutina es bastante activa, con muchas cosas que hacer en el día, pero feliz”.
Finalmente, y ante la idea de que sus chavalillas se decidan a calzar los guantes y seguir los pasos de la jefa del hogar, ataja que su espaldarazo está en la mesa, aunque con alivio revela que no las ve en este ambiente.
“No tendría ningún problema en apoyarlas, sé de qué se trata esto, sólo les pediría que no dejaran de estudiar y que se enfoquen realmente en este deporte, sería bastante exigente para que sean profesionales.
“Aunque francamente no veo que les guste mucho el boxeo, hasta ahorita. Sus ejercicios son esporádicos y solo por diversión".