'Estaba listo para ir al infierno'; preso del dolor, Mike Tyson iba a cometer una locura tras muerte de su hija

En 2009, la muerte de Exodus derribó mentalmente al boxeador, quien solo pensó en tomar su arma, dirigirse al hospital y enloquecer, idea que hizo de lado al ver a otros padres que también sufrían.

Mike Tyson estuvo a punto de cometer la mayor locura de su vida en 2009. (Foto: Instagram Mike Tyson)

El 26 de mayo de 2009 es la fecha que más ha marcado la vida del exboxeador Mike Tyson, quien preso de sus emociones estuvo a punto de cometer la mayor locura de su vida, una en la que habría hecho sufrir a múltiples familias.

Tyson sufrió la muerte de una hija

La muerte de su hija Exodus, la quinta de sus siete descendientes, lo derribó como nada ni nadie pudo hacerlo hasta entonces. El que fuera calificado como "el hombre más malo del planeta" estaba destrozado, perdido y dispuesto a honrar ese nefasto apodo. 

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La pequeña de cuatro años sufrió un accidente en su hogar con una cuerda de ejercicios, la cual se le enredó en el cuello y le causó la asfixia. Su madre se percató ya muy tarde. Aunque fue atendida por médicos, ya nada se pudo hacer, algo que desequilibró mentalmente al múltiple campeón del mundo.

Tyson relató su 'infierno personal'

En 2011, Mike se animó a recordar ese suceso junto al periodista Ellen DeGeneres, junto a quien describió la locura que estuvo a punto de cometer preso del dolor. 

'Mi mayor sentimiento en ese momento era tomar mi arma automática y enloquecerEstaba pensando en morir también. No sé que pasó ese día", explicó, previo a explicar cómo vivió los momentos posteriores tras enterarse del fallecimiento de Exodus.

"Yo estaba indignado, desesperado. Cuando fui al hospital y ella estaba en la máquina yo ya estaba preparado. Seguramente tenía resaca, pero estaba preparado para ir al hospital y subir al infierno", mencionó.

Sólo fue el dolor de otros padres lo que hizo que Iron Mike frenara sus oscuras intenciones, aunque la tristeza se quedó muy dentro y para lo que le reste de su vida.

"Una vez allí, vi gente que ya había perdido un hijo o que estaban muriendo y estaban llevándolo con dignidad, por lo que no quise convertirme en el padre histérico. Quise manejar la situación con dignidad. Esos niños también estaban muriendo así que no tenía ningún derecho a comportarme como un psicópata". 

Encerrado en su infierno, se alejó del sitio para después pasar una semana inhalando cocaína, recordando a uno de los contados seres que ha amado en su vida. 



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