Nacho Beristáin reveló por qué José Sulaimán se enojó con él
El que fuera presidente del Consejo Mundial de Boxeo no tomó a bien una negativa del mítico entrenador, desatando la enemistad.
Pocos recuerdan que José Sulaimán y Nacho Beristáin, dos de los grandes protagonistas del boxeo en México, tenían diferencias y no se llevaban tan bien en el mundo del pugilismo, pese a ser personajes muy importantes y respetados.
Por un lado estaba Sulaimán, presidente del Consejo de Mundial de Boxeo entre 1975 y 2014, y por el otro Beristáin, uno de los grandes entrenadores de box de todos los tiempos e integrante del Salón de la Fama.
Sus diferencias surgieron a partir de un compromiso que hizo el entrenador con el escritor Luis Spota y que Sulaimán quiso deshacer, solo que las formas de cómo lo intentó, no fueron del agrado de Beristáin.
"El señor Luis Spota, que era un escritor, me pidió que si podía atender un grupo de peleadores que iba a competir entre (los equipos) de todos los mánagers y entrenadores que no eran de la Federación de Entrenadores y yo tenía un equipazo, pinche equipo de boxeo amateur", contó Beristáin en entrevista con Erik Morales en el podcast 'Un Round Más'.
"Le ganamos inclusive a Venezuela en un competencia que nos llevaron, que yo llevé a mi equipo. Don José Sulaimán me habló para pedirme que le prestara mi equipo, pero ya me había hablado el señor Spota".
Es aquí donde surgió la plática que molestó a ambos y que marcaría la historia del boxeo mexicano para bien y para mal.
"Luego me habló el señor Sulaimán y le dije que no podía prestar mi equipo porque lo quería él para dárselo a José Medel y Baby Vázquez, que eran sus ídolos y le dije 'no señor, es mi trabajo, es mi equipo y no lo puedo poner en manos de ellos', pero como ya estaba apalabrado con el señor Spota", recordó.
"Don José se enojó, me dijo 'yo le puedo dar una propina'. Me encabronó cuando me dijo que una propina, 'pues qué soy peluquero o mesero' y se enojó, me colgó (el teléfono) y esa es la verdad por la que él nunca se llevó bien conmigo".
Todo esto derivó en que a lo largo de los años no pudieran concretarse peleas entre figuras del boxeo mexicano, una de ellas entre Juan Manuel Márquez y el propio Morales, que hubiera sido uno de las grandes peleas en el país.