¿El nocaut del año? Tyson Fury fulminó a Deontay Wilder y retuvo el título pesado del CMB

El británico demostró su poder para cerrar la trilogía en la que ganó dos peleas y empató la otra.

Tyson Fury venció a Deontay Wilder en la 3ra pelea. (Foto: Reuters)

La trilogía entre Tyson Fury y Deontay Wilder se completó, aunque el deseo de ver más entre ellos quedó en el aire gracias a la gran exhibición que brindaron en la atestada T-Mobile Arena de Las Vegas, donde volaron bombazos de ambos lados, uno de los cuales mandó a la lona al estadounidense en el round 11 para ya no levantarse

El encuentro fue un vaivén de emociones, de esos que se quedarán bien grabados en los registros, gracias a que ambos sacaron todo su poder en su intento de quedarse con la corona de los pesados del Consejo Mundial de Boxeo, aunque al final fue Wilder el que mejor conectó, el más inteligente, y quien saboreó la victoria en el combate

Desde el tercer episodio el Gipsy King demostró su intención de acabar pronto la pelea, y en él dejó seminoqueado al estadounidense, quien acabó por agradecer que se escuchara el campanazo. Una poderosa combinación de golpes llevó a la lona a un retador que a pesar de la afectación no dejó de luchar.  


En el cuarto, Wilder demostró que no se iría sin dar batalla y fue capaz de derribar en dos ocasiones a Fury, aunque en la primera se valió más de un jalón. También pareció que se acababa la pelea, aunque no fue así, ya que la campana volvió a sonar. 

La ofensa hizo despertar a Fury, quien a partir del quinto episodio castigó con todo su arsenal a Wilder: jabs, ganchos y derechazos poderosos se colaron en su oponente, quien resistió solo gracias al enorme orgullo que tiene

Desde entonces y hasta el final de la pelea, Fury trabajó a gusto y solo se cuidó de no recibir un puñetazo que lo mandara a dormir, e incluso a partir del décimo episodio marcó el rumbo de cómo acabaría, ya que volvió a mandarlo a la lona. 

Sin embargo, esta vez el corazón del estadounidense no ayudó, ya que en el undécimo Fury aprovechó su guardia baja para meterle un zurdazo que lo adormeció para rematar con su martillo que tiene en la diestra y mandarlo a la lona. Se cerró así una gran trilogía en la dos fueron para él, y empató una más. 



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