Vaquero Navarrete, un campeón en extinción: 'Quiero retirarme en dos o tres años'

El monarca Superpluma de la OMB cuenta su historia a mediotiempo; hoy defenderá el título que ostenta, en una guerra de mexicanos ante Óscar Valdez.

Vaquero Navarrete se alista para su dura batalla de esta noche ante Óscar Valdez. Foto: (@emanuel_vaquero_navarrete)

San Juan Zitlaltepec, en la zona de Zumpango, hasta donde la mancha citadina se ha extendido, vio nacer y crecer al actual Campeón Superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), y de paso moldearse como pugilista.

Una de las cartas fuertes que en la actualidad tiene el deporte de los puños de casa, Emanuel 'Vaquero' Navarrete, alejado del bullicio, en su pueblo, en el sitio en donde suele recargarse y prepararse, hace con Box MT un recuento de lo que ha sido su andar en este segmento.

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Con la mira fija y puesta en Óscar Valdez, ante quien defenderá su cinto este sábado en la Desert Diamond Arena de Phoenix, Arizona, el mexiquense arranca la charla comenzando por sus inicios.

“Nací en San Juan Zitlaltepec, y aquí también me empiezo a realizar como boxeador, mis dos hermanos que son mayores empezaron a entrenar, y yo como a los siete también empecé a querer entrenar, como veía que iban, quise ir, y mi papá decide empezar a mandarme al gimnasio, y así es como empieza la trayectoria, a los siete años, y entre más iba pasando el tiempo, más aprecio le iba agarrando y también más profesional el tema. Estudiaba, sólo terminé la secundaria, decidí ya no estudiar y me enfoqué más al boxeo; en las mañanas iba a la escuela y por la tarde a entrenar”.

¿Y cómo se perfecciona en el boxeo?

Con una pegada hasta cierto punto natural, y con movimientos que lo hacían quitarse con facilidad los puños contrarios, o bien recibir el menor castigo posible, se fue puliendo con el profe que llegó a instaurar la disciplina por los rumbos de su casa.

“El señor Pedro Navarrete es mi entrenador principal, fue quien empezó con el boxeo aquí en el pueblo, sus hijos Jhony y Pedro también, Pedro es mi segundo entrenador, y Jhony es parte fundamental, porque me han enseñado tantas cosas del boxeo, desde niño y hasta ahora, me he desarrollado con ellos, he llevado el boxeo de la mano de ellos, y como han sido siempre sparrings, ellos me terminaron de educar; hay cosas que aprendí con los chingadazos de ellos, inconscientemente me empiezan a educar, 'estos golpes son así', aprendo la técnica gracias a ellos, y mi profe principal es el que me dice cómo tirar. Y hemos ido incorporando cosas”.
“También está Juan Daniel Lugo, de la CDMX, es mi manoplero, es el que me manopla y trato de sacar velocidad con él, también tiene mucho conocimiento, han pasado Campeones Mundiales de la talla de Ana María Torres, Jhonny González, en este caso yo, y varios peleadores con los que él se enseña, y trata también de transmitirme esa parte”.

Entrenamientos ligeros…

Y Vaquero, respecto a su preparación ya siendo parte del circuito profesional, revela que nunca necesitó de especialistas, y menos al principio de su ruta, aunque con el paso del tiempo, implementó adecuaciones que ahora lo hacen verse mejor todavía con los guantes enfundados.

“Todo los recuerdos están frescos, porque es algo que disfrutamos mucho, pelear me gustaba mucho, hacer sparring, y de repente me doy cuenta que se me facilita golpear y que no me golpeen tanto, lo hago fácil, muy natural, no corría y no me preparaba tan bien, y me iba bastante bien en las peleas, entonces ya cuando brinco a profesional, sin preparación tan adecuada, digamos, noqueo a los primeros cuatro en el primero y segundo round, entonces se me hacía bien fácil, y ya después me integré más a la carrera, al físico, para desarrollarme mejor”.

¿Y cuándo le llega la oportunidad titular?

Como suele pasar, incluso ya a niveles de Grandes Ligas, dirían algunos, le ofrecen esa opción titular, pero siempre, del otro lado, del lado oponente, con la seguridad de que sería un número más para la foja del monarca, aunque logra dar la campanada ante el todopoderoso ghanés, y se ciñe su primera corona mundial, la Junior Pluma OMB, pero además con papeletas, siendo forastero, algo que muy pocas veces ocurre.

“Fue el 8 de diciembre de 2018 en el Madison Square Garden de Nueva York, me dan la oportunidad de pelearle a Isaac Dogboe, el peleador más sólido en la División, y el que venía noqueando a todo el mundo, y cuando me proponen la pelea dije que sí; se da la pelea y afortunadamente salgo adelante por decisión, difícil que un peleador vaya a Estados Unidos y gane por decisión, y yo lo logré; el sentimiento es inexplicable, pero lo hicimos afortunadamente”.

El ring y sus ídolos…

Haciendo del cuadrilátero su sitio predilecto, Emanuel define a este ensogado como el nicho de su todo, porque a partir del mismo su vida dio un giro para bien.

“Todo lo que he pasado y es notorio, es arriba de un ring, puedo decir que es como mi oficina de trabajo, y ahora lo veo como una profesión para mí, que realmente lo es, aunque es una profesión deportiva, además todo lo que he pasado, cuántas veces he batallado en un ring, ahí me gano el pan de cada día, y lo incluyo en mi vida personal”.

Y hablando de figuras que admira, y que pudieron de alguna manera influir en su boxeo, lanza que siempre se fijó más en tipos de la vieja guardia, de la época más romántica y guerrera.

“Me gustan los boxeadores de antaño, el señor Julio César Chávez siempre fue mi ídolo, Márquez (Juan Manuel), aunque mucha gente dice que siempre estaba en la lona, yo veo más la parte de que siempre se levantó, y le peleaba de tú por tú a todos, nunca tenía miedo de fajarse, Pacquiao (Manny) también es uno de mis ídolos”.

¿Cuánto tiempo piensa durar en el boxeo?

Con 28 años a cuestas, pero siempre pensando en trascender y no perder su sitio entre los mejores, para cerrar la charla Emanuel se sincera y, aunque no le gusta mucho tocar el tema, comparte que se ha puesto una fecha de caducidad como peleador, y ésta apunta al corto plazo.

“Me pienso ir joven del boxeo, máximo dos o tres años más, pues quisiera más bien capitalizarme económicamente hablando, bien, para terminar unos proyectos que tengo en mente, y ya irme a descansar, disfrutar a mi familia, y pasarla bien, dejar el boxeo a segundo término, a menos que uno de mis hijos quiera, y entrar otra vez para guiarlo, pero como entrenador no me gustaría tanto, porque no me gustaría ver que le estén pegando a uno de mis hijos”.

Emanuel Vaquero Navarrete, un Campeón en extinción…


  • Rodrigo Mojica
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