Columna de Antonio Rosique

México: 'Más proyectos que recuerdos'

Campeones Mundiales Sub-17, Campeones Olímpicos de Futbol, potencia mundial en clavados, referente ganador en Taekwondo, equipo que inspira gran respeto en el tiro con arco... ¿Cómo multiplicar esta fabulosa inercia triunfal que vive el deporte mexicano? ¿Cómo impulsar este efecto positivo para que más atletas mexicanos alcancen la cumbre de sus deportes? ¿Cómo dar el siguiente paso para que las siete medallas olímpicas conquistadas en Londres 2012 se conviertan en 15 preseas en Río de Janeiro 2016 o en los Juegos del 2020? El deporte mexicano tiene por delante la oportunidad más importante de su historia para crecer. La nueva generación ya demostró que es capaz de ganar al más alto nivel y que está dispuesta a ir por más. Paola Espinosa está decidida a competir en Rio de Janeiro 2016, también María Espinosa, y detrás de ellas, una veintena de jóvenes mexicanos con el talento suficiente para ganar una o varias medallas olímpicas. Por eso, resulta que clave que México se comprometa a convertirse en un líder deportivo continental como lo ha emprendido Brasil. México necesita volver a ser anfitrión de grandes eventos internacionales. Hay deportes que ya han asumido ese compromiso y los resultados comienzan a reflejarse: fuimos anfitriones del Mundial Sub-17 en el 2011 y México salió Campeón. Se organizaron exitosamente los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y la delegación mexicana rompió su récord de medallas y le dio a sus atletas el impulso necesario para llegar a Londres 2012. Pero la realidad es que necesitamos más eventos y en más deportes. La Federación Mexicana de Taekwondo ganó ya la sede para organizar el Campeonato Mundial de Taekwondo 2013 en Puebla, evento sin precedentes para nuestro país; Guadalajara trabaja ya como anfitrión del Campeonato Mundial de Natación 2017, algo también inédito; Veracruz recibirá en el 2014 los Juegos Centroamericanos; mientras la FEMEXFUT busca ya otro Mundial, ahora un Sub-20, y Guadalajara prepara su candidatura para los Juegos Olímpicos de la Juventud. Pero como te dije antes, necesitamos más eventos internacionales y en más deportes. México necesita recuperar su protagonismo en el atletismo, particularmente en la marcha, y también buscar presencia en el ciclismo, en el boxeo amateur, en disciplinas ecuestres, en tiro con arco, en levantamiento de pesas, basquetbol, deportes todos que han entregado medallas olímpicas a nuestro país (sí, incluyendo el basquetbol con aquel bronce en Berlín 1936). Ojalá que el deporte mexicano aproveche a esta brillante generación y esta gran oportunidad de crecimiento que tiene por delante.  ‘EN EL AGUA ELLOS NO TE PUEDEN VER LLORAR’ Aprovecho estos días de verano para leer “In the water they can´t see you cry” (“En el agua ellos no te pueden ver llorar”, la contrastante historia de la nadadora Amanda Beard, siete veces medallista olímpica por los Estados Unidos. Durante cuatro ciclos olímpicos (Atlanta 1996 hasta Beijing 2008), Amanda no sólo fue una de las nadadoras más dominantes en el estilo de pecho, sino que fue una de las atletas más fotografiadas del mundo. Con una sonrisa eléctrica, ojos deslumbrantes y un notable “sex-appeal”, Amanda fue una de las atletas más populares de su país, alcanzando incluso, la portada de la revista Playboy y espacio en la prestigiada edición de trajes de baño de Sports Illustrated. Sin embargo, detrás de su éxito, popularidad y belleza, Amanda escondió, desde su adolescencia, una dolorosa problemática personal que la llevó a abusar del alcohol y las drogas, y -sobretodo- a lastimarse regularmente, haciéndose pequeñas cortadas en brazos y piernas, en un intento por sobrellevar heridas emocionales más profundas. Amanda nos muestra en este libro autobiográfico que detrás de un Campeón Olímpico pueden existir también inseguridades, complejos, traumas, adicciones, aún y cuando todo el mundo se desviva en admirarle y aplaudirle. Por fortuna, Amanda Beard encontró en su matrimonio y en su papel de madre, el ambiente adecuado para superar su problemática. Amanda es hoy una mujer completa y una atleta madura que sigue imponiéndose retos e inspirando a muchas personas. ‘MÁS PROYECTOS QUE RECUERDOS’ Mi felicitación y reconocimiento a Daniel Aceves Villagrán, medallista de plata en Lucha Grecorromana en Los Ángeles 1984, por su reciente titulación como Doctor en Alta Dirección de Empresas. Daniel se convierte así en el primer medallista olímpico mexicano, en toda la historia, en obtener este admirable grado académico, honrando así el lema que él siempre ha promovido: “un medallista olímpico debe tener, siempre, más proyectos que recuerdos”. Enhorabuena Daniel. *Si quieres conocer la historia de Daniel Aceves y otros medallistas olímpicos mexicanos visita: www.eldiademivida.com.mx y conoce mi nuevo libro.
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