¡No están seguros! Dar alerta de escándalos deportivos es arriesgado para deportistas

Ser el encargado de alertar sobre un escándalo de corrupción en el deporte sigue siendo "arriesgado" para los atletas, según especialista.

Ser voz de aleta ante un escándalo de corrupción es arriesgado para los deportistas / Foto: AFP

Ser la persona que da la voz de alerta en un escándalo de corrupción sigue siendo "arriesgado" para un deportista, lamentó en una entrevista con la AFP Pim Verschuuren, especialista en cuestiones sobre integridad en el deporte.

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Este investigador, doctorando en la Universidad de Lausana (Suiza) y asociado al Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) francés, cree que cinco años después de los escándalos que sacudieron las Federaciones Internacionales de Fútbol (FIFA) y Atletismo (IAAF, actual World Athletics) es "demasiado pronto para hablar de resultados" sobre reformas profundas de las organizaciones.

Desde los escándalos de la FIFA y la IAAF en 2015

¿Las federaciones deportivas internacionales han progresado en lo referente a la transparencia y el control?

"Hubo muchos cambios internos, se pusieron en marcha códigos y comisiones de ética, unidades de integridad, dispositivos de alertas y de sensibilización. Los grandes escándalos de la FIFA, del atletismo, del biatlón y muy recientemente la halterofilia han creado una presión pública. Incluso las federaciones que no se han visto afectadas sufren problemas de reputación. Es demasiado pronto para hablar de resultados. Como en muchas empresas multinacionales, el riesgo es que las reformas estén desconectadas de lo concreto. Se pone en funcionamiento un sistema de alerta, pero el dispositivo no se utiliza porque hay una falta de confianza y de sensibilización, y esos instrumentos pueden quedar como una simple fachada. Convertirse en la persona que da la voz de alerta es algo extremadamente arriesgado, sobre todo para un deportistas cuya carrera es corta y precaria".

¿Cuáles son los resortes comunes de esos casos?

"El punto en común es la total impunidad que parecía reinar en esas instancias, con una ausencia destacada de control interno o externo. Esa situación de impunidad ha cambiado, hay cortafuegos. Pero nos seguimos enfrentando a estructuras privadas, a dirigentes elegidos por otros, a un mundo ultrapolitizado y al mismo tiempo autorregulado. El último ingrediente es el dinero, que puede llegar de manera muy importante en este campo".

Los Juegos de Rio-2016 y Tokio-2020, o el Mundial de fútbol de Catar-2022...

¿Las atribuciones de sede de las grandes competiciones internacionales están condenadas a ser objeto de sospechas de corrupción?

"Mientras no haya ningún control en las votaciones y esos eventos permitan a países tener impactos económicos, y sobre todo políticos, muy importantes, entonces seguirá habiendo riesgos de corrupción. Pero ahí también hay reformas. El COI (Comité Olímpico Internacional) quiere ir hacia un proceso en el que su Comisión Ejecutiva designa a la ciudad anfitriona según criterios técnicos (un procedimiento según el cual la Comisión Ejecutiva emitirá una recomendación a la sesión de miembros del COI, que la votarán). Hemos visto recientemente (a principios de abril) que la justicia estadounidense dijo claramente que hay sospechas de corrupción sobre el Mundial de Catar-2022 y no hubo ninguna reacción enérgica de la FIFA".

¿Habría que pensar en una organización mundial de integridad del deporte, con un modelo como el de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)?

"Todo dependería de los poderes de esa agencia y de su legitimidad. ¿Las federaciones internacionales y por fuerza el COI aceptarían delegar su control interno a una agencia independiente? ¿Quién tendría el dominio, las organizaciones deportivas o los Estados? Pero la crisis del multilateralismo hace que ni las agencias independientes, ni las grandes convenciones multilaterales, estén en auge actualmente".


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