¡Una luz al final del túnel! Johan Celis ha superado su debilidad visual con el crossfit

El atleta oaxaqueño la ha padecido con su afección, pero se ha demostrado que, a pesar de esa discapacidad, las metas siempre son alcanzables.

Johan Celis, un ejemplo de vida

Ejemplo de vida, de tenacidad, de superación y con esa fortaleza para dar el golpe cuando los tiempos parecían ser más aciagos y grises, pues justo en esos instantes en que le dijeron que él no podía, tuvo el talento y el talante para resarcirse y modificar las líneas de una historia que parecía estar destinada a las letras tristes, incoloras.

“La faceta más difícil para mí fue cuando estaba en la primaria, y en sexto año, cuando uno empieza a ser consciente de lo que pasa a su alrededor, sufrí muchas veces críticas de que me decían: 'es que no sabes leer, no sabes contar, estás muy wey para pasar a la secundaria', pensé que sería sólo un tiempo, pero creo que la peor etapa que viví fue la secundaria, porque los chavos son más duros, más crueles, en esa etapa de mi vida se burlaban, me hacían menos y solamente terminé un año de prepa.


“Lo que me inspiró en crossfit es la adrenalina que se siente y me sirve por la enfermedad que tengo, que es retinosis pigmentaria, también como desestrés, desahogo, y ahí puedo dejar fluir mis sentimientos, tanto buenos como malos”.

Y el camino, como la vida misma, ha tenido sus momentos críticos, aunque el deporte de alto rendimiento, ratifica Johan Celis, se convirtió en una salida para no todo el tiempo estar lamentándose y más bien aprender a hacer sus días más ligeros y llevaderos

“Hasta ahorita todavía tengo muchas dificultades para aprenderlo (crossfit), pero gracias a todas las competencias a las que he asistido, he crecido poco a poco, a como sobresalir a todo ese tipo de cosas, lo que a mí se me dificulta muchísimo es percibir las cosas, de un 100 por ciento mi vista es un 45 por ciento; si ustedes colocan un popotito enfrente de su ojo, hay que taparlo con tres bolsas de plástico y un fondo oscuro, así veo centralmente y únicamente veo perifericamente un 60 por ciento, y para observar un poco mejor las cosas, lo tengo que hacer de reojo.

“De tantas cosas feas que he pasado, me he lastimado muchas veces, entrenaba taekwondo y cuando empecé a entrenar crossfit, y que me detectaron realmente lo que tenía, se me fue desarrollando la memoria fotográfica, mi hermano (Yair) me ayuda a observar lo que hay enfrente, a que distancia, y con mi tacto, con las manos, trato de distinguir la distancia que tengo. Voy trabajando lo que recuerdo del área y con la guía de mi hermano”.

Su plan es específico

Referente a cómo sortear las distintas competencias, el ritual para Johan es un plan concienzudo y en el que la idea es estudiar el terreno, porque para él la memoria es como es un plus que lo hace ser competitivo, sin importar que su vista es algunas veces hasta nula.

“Siempre que vamos a eventos mi familia me apoya para llegar de preferencia un día antes, más que nada cuando me tocan corridas, para observar bien el área, checarlo igual con el tacto de mis piernas, por si hay algún hueco o algo así, recordar y evitar ese carril; de hecho correr en la isla me costó, realmente no veía nada en la corrida, me caí algunas veces, aunque soy aguerrido y por lo que tengo me he convertido en una persona fuerte”, dice el sureño, quien es parte del Tropical Wod Fest 2022.

Un vitamínico

Cuando le dieron un diagnóstico más certero de su enfermedad, este chaval crossfitero cayó en depresión; sin embargo, la disciplina le dio esa oportunidad que todos siempre buscamos o necesitamos, pues aun cuando puede llegar a ser una actividad extrema, tuvo el espaldarazo de los suyos, apechugando un poco ese tema de que podría estar en peligro.

“Cuando me detectaron el problema, no quería saber nada de nada, y mi mamá me empezó a decir que hiciera un deporte, mi hermano me empezaba a llevar al crossfit; de hecho, sólo hacía físicos, me llamaba la atención por los saltos dobles, por movimientos que yo no conocía, y mi mamá dijo, ‘si tú puedes y te gusta, adelante’, Sí se preocupaba un poco mi familia, porque por el problema que tengo no puedo recibir un golpe fuerte en la cabeza, porque podría afectarme o alterarlo más, ya sabían a lo que me atenía, pero después de tres años y medio como que empiezan a asimilarlo.


“Somos de Salina Cruz, Oaxaca, y ahora, quienes me atacaban, cuando me ven, no quieren saber nada de mí, o recordarme algo del pasado; mis papás me han enseñado que lo que he pasado, poco a poco dejarlo atrás, ha sido difícil, mi enfermedad es como una montaña rusa, estoy bien, pero de pronto estoy deprimido, aunque estos eventos son los que me motivan, porque me demuestro que sí puedo.


“Me he lesionado varias veces, no ha sido grave, a veces me ha caído la barra atrás, me he lastimado la espalda, he tenido desgarres, pero también creo que influye mucho la mente de uno, porque a mí me dijeron los doctores que tuviera cierto descanso. Nadie me obligó, mi mamá siempre nos hizo disciplinados al deporte, desde chiquitos siempre nos impulsó a que hiciéramos deportes”.

Los oponentes y lo que viene

Celis, poniéndose en el lugar de los otros, entiende que su condición puede crear cierto recelo entre sus contrarios, aunque comparte que hay algunos que le profesan mucho respeto y admiración; al final, una ruleta variada, aunque el objetivo de Johan es vivir el minuto a minuto al máximo, y dejar todo lo malo que pasó, atrás.

“Hay rivales que tienen la empatía, a veces sí me felicitan, hay otros a los que les da coraje, y entiendo esa parte, porque cada atleta se prepara fuerte, y si yo fuera él, pensaría que me está ganando una persona que tiene una discapacidad.

“Quiero vivir cada segundo al máximo, porque ya me lo dijeron los doctores, no hay una fecha estimada en la que me digan que ya no podré ver; puede ser hoy, ahorita, mañana, en una semana, en un año o en diez, o incluso así puedo estar toda la vida, pero como todo atleta de crossfit, quiero llegar a los Games y demostrarle a la gente que, a pesar de que tengo una lesión, uno puede hacer lo que se proponga”.

Para terminar la charla, y ante aquel cuestionamiento, de qué le diría a su yo de pequeño, cuando la sufrió demasiado, lanza: “primero que nada, respetarlo, porque a pesar de todo lo que ha vivido, es una persona muy fuerte, aunque no sé ni yo mismo que le diría”.



  • Rodrigo Mojica
NOTAS MÁS VISTAS