Policía alemana arresta a joven por realizar el saludo nazi ante atletas israelíes en Múnich

El incidente sucedió cuando la delegación de atletas israelíes acudió al monumento erigido en memoria de las víctimas del atentado de 1972.

El Campeonato Europeo de Atletismo de 2022 se celebra en Múnich, Alemania (AFP)

La policía de Múnich, Alemania, anunció este miércoles que detuvo a un joven de 19 años por realizar el saludo nazi ante una delegación de atletas israelíes que participan en el Campeonato Europeo de Atletismo.

Los dieciséis deportistas acudieron a un monumento erigido en memoria de las víctimas del atentado perpetrado en 1972 por la organización palestina "Septiembre Negro" en los Juegos Olímpicos de Múnich, que costó la vida a once miembros de la delegación israelí.

El incidente, ocurrido en un puente que conecta el estadio con la antigua villa olímpica, ahora habitada por particulares, fue observado por los propios agentes que escoltaban a los atletas hasta el monumento.

"En el estado actual de la investigación, el grupo no se dio cuenta" del gesto del joven, empleado como guardia de seguridad y con domicilio en Berlín, precisó la policía en un comunicado.

El investigado fue detenido inmediatamente por las fuerzas del orden, que lo dejó en libertad tras presentar una denuncia en su contra.

Sanciones por hacer el saludo nazi en Alemania

En Alemania, el saludo nazi o el uso de signos como la esvástica están tipificados por la ley y pueden ser sancionados con multas o penas de hasta tres años de prisión.

El incidente se produce cuando Alemania se prepara para conmemorar, en un clima tenso, el 50 aniversario del ataque que tuvo lugar el 5 de septiembre.

De hecho, las familias de las víctimas declinaron la invitación para asistir al homenaje y exigen a las autoridades alemanas "disculpas públicas" por "todos sus errores" y sus "mentiras" en este asunto y "abrir todos" sus archivos, así como una "justa compensación económica".

¿Qué pasó en el atentado de 1972 de los JJ.OO.?

Las autoridades alemanas fueron consideradas en parte responsables del sangriento desenlace de la toma de rehenes, que terminó en la base militar de Fürstenfeldbruck, a unos treinta kilómetros de Múnich. También murió un policía de la Alemania Occidental, al igual que cinco de los ocho atacantes.


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