Belichick emuló a su amigo Trump con doble discurso sobre México

“El incómodo romance entre Donald Trump y New England Patriots”, así definió el New York Times la relación de estos dos "poco afortunados" personajes en sus declaraciones.

Bill Belichick y Donald Trump
Ningún equipo despierta tantas pasiones en la NFL en estos momentos como los New England Patriots, así como ningún otro personaje político ha polarizado Estados Unidos tanto como Donald Trump en la época reciente.

El pasado 19 de abril, tras la remontada de los Pats en el Super Bowl LI ante Atlanta Falcons, el equipo de Robert Kraft visitó la Casa Blanca. Ahí, Bill Belichick estrechó la mano del recién nombrado presidente y le regaló un casco autografiado además de un jersey con el apellido del mandatario.

Ambos intercambiaron miradas y una sonrisa, pues mucho antes de que Trump comenzara su carrera política, Belichick y él ya eran amigos.

Meses atrás, el aún candidato presidencial por el Partido Republicano visitó México tras una muy criticada invitación por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, reunión que tenía como fin el disminuir la tensión derivada de la polémica postura antiinmigrante del político.

“Lo discutiremos después, no hablamos del muro”, dijo Trump en Los Pinos aquel 1 de septiembre de 2016. Pero tan pronto volvió a su país, su discurso regresó con mayor énfasis que nunca.

“¡Vamos a construir una enorme muralla en la frontera sur!”, exclamó en Phoenix, Arizona. “México va a pagar por ese muro al 100%”.

423 días después de Trump, Belichick pisó territorio mexicano para el partido entre sus Pats y Oakland Raiders en el Estadio Azteca. Tras una contundente victoria, el coach de New England se paró frente a los medios divididos entre nacionales y estadounidenses.

“Hubo una gran multitud esta noche con mucha energía, un estadio genial. Fue emocionante jugar aquí y dirigir aquí”, se pronunció, para luego responder a la pregunta sobre si le gustaría volver.

“No tengo ningún control sobre eso, yo solo entreno al equipo. Llegamos, fuimos al hotel, tuvimos nuestras reuniones anoche. Vinimos aquí y jugamos el partido, eso fue más o menos para nosotros. Hermoso lugar, pero nosotros vinimos de negocios”, indicó.

Pero tan pronto regresó a Estados Unidos, Belichick optó por cambiar por un discurso menos “correcto”, al ser entrevistado en el programa WEEI's Dale and Holley Show.

Fuimos afortunados de que no hubiera erupciones volcánicas, terremotos o cualquier otra cosa mientras estábamos allí. Están dos franquicias de NFL en un área donde no sé qué tan estables eran las placas geológicas debajo de nosotros, pero nada sucedió, así que fue bueno”, sentenció Belichick ya en su zona de confort, tal y como hizo Trump.

Cuando New England realizó su visita protocolaria a la Casa Blanca, Trump comparó su triunfo sobre Hillary Clinton en las elecciones con la remontada, tras un déficit de 25 puntos, de los Pats en el Super Bowl LI.

Después de ambas visitas a México, Trump y Belichick confirmaron la hipótesis planteada por el artículo “El incómodo romance entre Donald Trump y New England Patriots” del New York Times, pues no existe mayor cercanía entre un equipo de NFL y un presidente desde Richard Nixon y Washington Redskins hasta ahora con la relación Trump-Pats.
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