Me sentí frustrado, no iba a ser porrista: James Harrison
El linebacker rompió el silencio y lamentó el mal trato de la directiva de Pittsburgh
Nueva Inglaterra, Estados Unidos /
Luego de que una buena parte de la afición de los Pittsburgh Steelers recriminara a James Harrison su salida del equipo para enrolarse con New England Patriots, el veterano linebacker alzó la voz para explicar las razones que lo orillaron a tomar esa polémica decisión.
Según el ahora cazamariscales de los Pats, su salida de los Steelers se debió a que no pensaba pasar sus últimos días como jugador de NFL en el banquillo, aunado al hecho de un distanciamiento con la directiva, misma que jamás le habló con claridad.
"Si alguien pensó que firmé un contrato de dos años con un equipo en la NFL a los 39 años para sentarme en el banquillo y recoger un cheque y un trofeo de participación, están equivocados", escribió Harrison en sus redes sociales. "No me enlisté para sentarme en el banquillo y ser porrista”.
Según el poseedor de la marca de la intercepción de mayor yardaje en la historia del Super Bowl, cuando estampó su firma, le prometieron que jugaría, sin embargo, con el paso del tiempo eso no ocurrió.
"Cuando ya estaba claro que ya no tenía un papel, pedí que me soltaran. A lo largo de la temporada, me dijeron que iba a ser utilizado pero no lo era. Empecé a sentirme frustrado por todo el asunto. Pedí no equiparme o realizar prácticas innecesarias si no iba a jugar”, sostuvo.
Finalmente, Harrison reveló que la gota que derramó el vaso fue que antes de un partido, cuando arribó al vestidor, se llevó un mal sabor de boca; situación que empeoró cuando la prensa rumoró que jamás visitó a Ryan Shazier en el hospital tras su lesión.
“Legué cuatro horas antes como de costumbre y mi casillero estaba vacío. Nadie me dijo nada acerca de estar inactivo, solo un casillero vacío. Pedí que me liberaran nuevamente. Después no me llamaron. Nueva Inglaterra llamó. Para ser claro, pregúntale a Ryan (Shazier) si fui a verlo en el hospital. ¿No ayudé a Bud (Dupree) ni a TJ (Watt)? Pregúntale a TJ si lo ayudé”, sentenció.
Según el ahora cazamariscales de los Pats, su salida de los Steelers se debió a que no pensaba pasar sus últimos días como jugador de NFL en el banquillo, aunado al hecho de un distanciamiento con la directiva, misma que jamás le habló con claridad.
"Si alguien pensó que firmé un contrato de dos años con un equipo en la NFL a los 39 años para sentarme en el banquillo y recoger un cheque y un trofeo de participación, están equivocados", escribió Harrison en sus redes sociales. "No me enlisté para sentarme en el banquillo y ser porrista”.
Según el poseedor de la marca de la intercepción de mayor yardaje en la historia del Super Bowl, cuando estampó su firma, le prometieron que jugaría, sin embargo, con el paso del tiempo eso no ocurrió.
"Cuando ya estaba claro que ya no tenía un papel, pedí que me soltaran. A lo largo de la temporada, me dijeron que iba a ser utilizado pero no lo era. Empecé a sentirme frustrado por todo el asunto. Pedí no equiparme o realizar prácticas innecesarias si no iba a jugar”, sostuvo.
Finalmente, Harrison reveló que la gota que derramó el vaso fue que antes de un partido, cuando arribó al vestidor, se llevó un mal sabor de boca; situación que empeoró cuando la prensa rumoró que jamás visitó a Ryan Shazier en el hospital tras su lesión.
“Legué cuatro horas antes como de costumbre y mi casillero estaba vacío. Nadie me dijo nada acerca de estar inactivo, solo un casillero vacío. Pedí que me liberaran nuevamente. Después no me llamaron. Nueva Inglaterra llamó. Para ser claro, pregúntale a Ryan (Shazier) si fui a verlo en el hospital. ¿No ayudé a Bud (Dupree) ni a TJ (Watt)? Pregúntale a TJ si lo ayudé”, sentenció.