Ganó su primer anillo con Pats, hoy busca el segundo enfrentándolos

Tom Brady y Julian Edelman, con su increíble recepción, se llevaron los reflectores en el Super Bowl del año pasado. Pero Chris Long, hoy jugador de los Philadelphia Eagles, hizo el papel de reparto y, sin quererlo, tuvo mucho que ver en la remontada y el quinto título de los Patriots.

Cuando los Falcons amenazaban con extender la ventaja y asegurar el partido con un gol de campo, Long provocó un castigo del tackle ofensivo Jake Matthews, que impidió a Atlanta quedar en posición para conectar un gol de campo.

Tras ello le llegó la tercera oportunidad a los Falcons, con 33 yardas por avanzar y 3:43 por jugar en el último cuarto. Matt Ryan no pudo completar un envío a Taylor Gabriel y tuvieron que entregarle el ovoide a Tom Brady. Ahí, prácticamente firmaron su sentencia.

Los Patriots empataron el partido en esa ofensiva gracias a un acarreo de una yarda de James White, precedido de un recital de pases de Brady y la atrapada de Edelman. Luego, Nueva Inglaterra concretaría la remontada en el tiempo extra.

Justo antes de la temporada, Long había aceptado bajarse el sueldo para dejar a los Rams y firmar un contrato con los Patriots. Su sueño era ganar el anillo de campeón e igualar a su padre Howie Long, que ganó el Super Bowl XVIII con los Raiders.

SU SALIDA DE LOS PATRIOTS Y SU GESTO MÁS NOBLE

Tras lograr su objetivo, Long anunció en marzo de 2017, apenas un mes después de la victoria ante Atlanta, que no renovaría contrato. Incluso, ya no asistió a la Casa Blanca en la tradicional visita de los campeones.

Explicó que no se trataba de una decisión económica, pues su deseo era jugar en un sistema defensivo que exaltara sus virtudes. En los Patriots se desempeñaba más por el interior cuando él prefería presionar al quarterback por fuera.

Su destino fue Filadelfia y tan no fue una decisión financiera que esta temporada decidió donar todo su salario a causas benéficas.

Sus primeros seis cheques fueron destinados a dos becas para estudiantes en su natal Charlottesville. El resto sirvió para financiar la campaña “Pledge 10 for Tomorrow”, enfocada en que jóvenes desfavorecidos tengan acceso a la educación.

Además de aportar fuera del emparrillado, Long se convirtió en un elemento importante en la defensiva de Jim Schwartz en Filadelfia, con cinco capturas y cuatro balones sueltos provocados. Ahora, está a un paso de volver a la gloria, aunque sabe que no será fácil ante sus excompañeros.

“Vamos a tener que jugar el mejor partido de nuestras vidas, ellos son grandes jugadores. Tienen al mejor quarterback y al mejor entrenador de todos los tiempos”, aseguró.