Todd Gurley y Jared Goff comandan 'embestida' sobre Raiders
Los Ángeles venció 33-13 a Oakland en su debut en la Temporada 2018 de la NFL.
California, Estados Unidos /
De la mano de Jared Goff y Todd Gurley Los Ángeles Rams demostraron que serán uno de los contendientes en la NFL. El equipo angelino sometió a los Oakland Raiders del errático Derek Carr y sumó así su primer triunfo de la naciente temporada.
El quarterback de los malosos sufrió tres intercepciones, una de ellas devuelta por Marcus Peters hasta las diagonales en una desastrosa exhibición que opacó un buen inicio de Oakland en el encuentro, cuando llegó a estar 10-13 en ventaja.
Pero Sean McVay apretó las tuercas de su equipo y para la segunda mitad, Los Ángeles no permitió puntos de Raiders, a cambio de 23 a favor para remontar la pizarra.
Goff lanzó para 233 yardas y dos touchdowns, uno de ellos en sincronía con Gurley, el explosivo corredor que sumó 108 yardas terrestres y 39 aéreas en una nueva destacada actuación.
En contraste, el QB de Raiders sumó 303 yardas por pase, pero tuvo tres entregas de balón para decepción de una afición que se quedó con las ganas de festejar un triunfo en el inicio de temporada en casa.
Video: las mejores jugadas del partido entre los Rams y los Raiders (contenido exclusivo para Estados Unidos)
El quarterback de los malosos sufrió tres intercepciones, una de ellas devuelta por Marcus Peters hasta las diagonales en una desastrosa exhibición que opacó un buen inicio de Oakland en el encuentro, cuando llegó a estar 10-13 en ventaja.
Pero Sean McVay apretó las tuercas de su equipo y para la segunda mitad, Los Ángeles no permitió puntos de Raiders, a cambio de 23 a favor para remontar la pizarra.
Goff lanzó para 233 yardas y dos touchdowns, uno de ellos en sincronía con Gurley, el explosivo corredor que sumó 108 yardas terrestres y 39 aéreas en una nueva destacada actuación.
En contraste, el QB de Raiders sumó 303 yardas por pase, pero tuvo tres entregas de balón para decepción de una afición que se quedó con las ganas de festejar un triunfo en el inicio de temporada en casa.