Anécdotas muchas, vivencias, otras más. Siempre había una frase exacta, reconfortante y reflexiva cuando charlabas con Javier Sahagún Campos.
Pese a la adversidad que se tuviera que sortear, jamás perdías la calma, nunca te vi enojado, todo tenía una solución, sin importar que se tratara de un tema laboral o personal, siempre tenías una salida para cada situación.
Muchos años, meses, días, horas y minutos de disfrutar de tu maestría periodística desde antes de llegar a Televisa Deportes en 2003, a donde tú me llevaste con tus recomendaciones, siempre me decías que era un lugar ideal para trabajar y desarrollarse, y cuánta razón tenías querido Javier.
Pasamos un sinfín de cosas en coberturas nacionales e internacionales, donde con sólo observarte sabía que todo caminaba como debía de ser, eras un profesional en toda la extensión de la palabra, dedicado, detallista, nada podía salir al aire sino estaba debidamente trabajado, investigado y redactado.
Más allá del trabajo, compartir contigo fuera de la redacción era formidable, con horas interminables en la sobremesa, tus anécdotas, ocurrencias y la forma como tenías para disfrutar del comer y la bohemia, o aquellas tardes de karaoke, donde era un placer escucharte cantar las de José José.
Apenas el pasado 13 de octubre charlamos vía mensaje de audio, ya tu voz había perdido esa potencia que gozábamos en tus reportajes, te escuché cansado, pero estabas confiando en que la batalla aún no estaba perdida, pese a la adversidad y la complicada situación, siempre estuviste consciente de lo que podía venir.
Decías que no había que dejar de pedalear para seguir jalando la carreta, porque aún tenías muchas razones para continuar en este mundo, lastimosamente esa fuerza de voluntad y tu alma guerrera ya no pudieron más y te nos adelantaste en el camino, pero estoy seguro de que allá nos volveremos a encontrar.
Siempre vivirás en mi corazón y pensamientos, seguiremos jalando la carreta y todo lo que venga de ahora en adelante será con dedicación al gran maestro, compañero y amigo Francisco Javier Sahagún Campos, te quiero “ancianete” como me llamabas, te vas en cuerpo, pero tu alma siempre estará entre nosotros.
Hoy solo cerraste esos ojos mecánicos para pasar a otro capítulo de tu vida, estoy seguro de que donde vayas harás disfrutar de tu compañía a quienes estén contigo, los tendrás entretenidos con tus charlas y anécdotas, cuídate mucho y descansa en paz.