‘Todos se van a contagiar el virus’; las duras palabras de un científico sueco sobre el coronavirus

Johan Giesecke es uno de los epidemiólogos más reconocidos en la materia a nivel mundial.

Johan Giesecke

Johan Giesecke es uno de los más importantes epidemiólogos a nivel mundial y la autoridad sueca más reconocida en la materia. Entre los años 2005 y 2014 fue el primer jefe científico del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Hoy es consejero del gobierno de su país y miembro del Grupo Asesor Estratégico y Técnico para Riesgos Infecciosos (STAG-IH) de la Organización Mundial de la Salud.

Las predicciones de este personaje acerva de la evolución de la enfermedad a nivel mundial son alarmantes:

“Creo que los resultados serán muy parecidos en todos los países. Esta enfermedad se propaga como un incendio y lo que uno hace no cambia demasiado. Todos se van a contagiar el virus. Todos en el mundo al final. Hasta que haya una vacuna”, dijo en entrevista para Infobae.

Para Johan Giesecke las medidas preventivas que se están tomando pudieran no ser del todo eficaces, tomando en cuenta que “no hay evidencia científica para la mayoría de las restricciones que están tomando los países. Creo que para los políticos es importante mostrar fortaleza y acción, y observo que ese es un motivo importante para las cuarentenas estrictas”.

El modelo sueco

A diferencia de otros países, Suecia llevó a cabo un confinamiento suave: permitió las reuniones de hasta 50 personas y no cerró las escuelas de educación básica. Los restaurantes y bares permanecen abiertos, aunque las mesas deben estar a no menos de dos metros de distancia. Peluquerías, cines, teatros, gimnasios y parques permanecen abiertos.

Todo ello fue idea de Johan Giesecke, cuyo modelo de confinamiento ha levantado comentarios en todo el mundo al considerarlo arriesgado. De acuerdo con las cifras de la Universidad Johns Hopkins, en Suecia han ocurrido poco más de 3 mil muertes en una población de 10,2 millones de habitantes, lo cual significa una tasa de mortalidad de 30 personas por cada 100 mil, que es más reducida que en el Reino Unido (45), España (55) o Bélgica (74), que llevaron a cabo confinamientos estrictos.

Giesecke incluso se anima a comentar que ciertas medidas que el mundo está tomando para frenar el avance de la pandemia pudieran actuar más bien de manera contraproducente:

“Muchos países le han dicho a la población que se quede en sus apartamentos. Es extraño, porque es agradable estar afuera y uno debería hacerlo. La infección se propaga muy poco estando al aire libre. De hecho, el riesgo es mucho menor”.


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