¿Qué es la coriza? El tercer síntoma más frecuente en nuevas variantes de COVID
A los nuevos síntomas presentes en variantes como ómicron se les conoce como coriza o rinitis aguda.
Ya van dos años y medio de pandemia de COVID-19, lapso en el que las alergias estacionales han coexistido con el virus, pero cada vez se ha hecho más difícil diferenciarlos, ya que han salidos nuevas variantes del virus SARS-CoV-2.
El coronavirus va desde una infección asintomática hasta una neumonía, con síntomas como fiebre, tos, pérdida del sentido del olfato o del gusto, que se utilizan para detectar tempranamente la enfermedad.
“Cada cepa de COVID-19 tiene síntomas diferentes. La variante ómicron, más que las otras, parece tener más síntomas de las vías respiratorias superiores, como congestión nasal, secreción nasal y dolor de garganta”, dice el otorrinolaringólogo Ahmad Sedaghat, quien es director de la División de Rinología, Alergia y Cirugía de la Base del Cráneo Anterior en el Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati.
Coriza, el tercer síntoma más frecuente
Pero conforme han ido apareciendo variantes, también hay nuevos síntomas presentes en las nuevas variantes, como ómicron, a los que se le conoce como coriza o rinitis aguda, según un estudio del King’s College de Londres, respaldado por el sistema de salud de Reino Unido (NHS)
Según la investigación realizada, en la que utilizaron muestras de 17 mil 500 afectados, se determinó que este síntoma en particular aparecía en el 40 por ciento de los infectados por COVID-19 que estudiaron, siendo más frecuente en varones.
La coriza o rinitis aguda es el tercer síntoma más frecuente de las nuevas variantes de coronavirus, solo detrás del dolor de garganta, con un 58 por ciento, y el dolor de cabeza, con un 49 por ciento. Después está la tos con flema, ronquera y estornudos continuados, entre los síntomas más comunes.
¿Qué es la coriza?
La coriza se trata de una inflamación de la mucosa de la nariz, misma que produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y a veces, falta de olfato. Suele durar dos o tres días y no se considera un síntoma grave de COVID-19.