Jennette McCurdy relata los abusos que sufrió de su madre cuando era niña

Jennette McCurdy encontró la valentía y superó los miedos que la invadieron desde la niñez y adolescencia para publicar su libro "I’m Glad My Mother Die" (Me alegra que mi mamá muriera), en el que cuenta todo tipo de anécdotas como su relación con Miranda Cosgrove, su “rivalidad” con Ariana Grande, los problemas que tuvo en Nickelodeon, pero el más importante: los abusos que sufrió de su mamá.

Desde pequeña, a McCurdy la obligaron a ser actriz pese a su voluntad, ya que era deseo de su madre, Debra, que lo fuera porque ella no pudo concretarlo. Su mamá encontró la forma de que la cazadora de talentos infantiles Barbara Cameron la aceptara para un papel y desde ahí comenzó su carrera.

“Fue una de las experiencias más miserables de mi vida, sentarme en una fría oficina de casting imaginando eventos trágicos que dañan a mi amada familia”.

Se le enseñó, según cuenta en su libro, que ella solamente debía actuar y dedicarse a ello, inclusive cuando le dieran ganas de ir al baño. Una vez en un set no aguantó y salió corriendo ante el enojo de su madre.

El cáncer

A Debra la diagnosticaron con cáncer cuando Jennette tenía dos años. Tiempo después cuando se “había curado” obligaba a sus hijos a ver sus terapias con las que había sanado: “Vamos a ver este momento para agradecer que su mamá ya está bien”.

Además, tenía la costumbre de no tirar nada, razón por la cual sus abuelos dormían en el sillón, mientras que Jen y su hermano lo hacían en el suelo con bolsas de dormir y acompañados de ratas.

Crecimiento anormal

Debido al tumor de su mamá, cuando a Jennette le empezaron a crecer los senos pensó que era un mal cancerígeno así que, por recomendación de su progenitora, hizo todo lo posible para que no aparecieran, entre ellos dejar de comer.

Aunado a ello, Debra le hacía exámenes para verificar que no tuviera ningún “bulto” tanto en el pecho como en sus partes íntimas. E, inclusive, la obligaba a que se bañara con todo y sus hermanos cuando ya tenía más de 12 años, situación realmente incómoda para Jen.

Lucha contra la bulimia

Así mismo, cuando murió su mamá, Jennette se dio cuenta de que podía comer y emborracharse todo lo que quisiera porque a las pocas horas lo vomitaría y así ya no engordaría, cuestión que se repitió en muchas ocasiones y que la llevó al hospital para afrontar este problema.

Entre estas hay muchas más cosas que cuenta McCurdy en su libro el cual, comentó, que se pudo lograr luego de mucho esfuerzo y con la capacidad de abordar estos complicados temas.

“Pasé seis años de tiempo, esfuerzo y energía en las cosas que exploro en este libro. Ese trabajo me llevó al lugar donde pude comenzar a explorarlo creativamente. Lo que está en las páginas, es todo lo que realmente creo y apoyo”, mencionó en entrevista para TIME.