Monte Everest: Así es como los muertos guían a los alpinistas a la cima
En la cima del Everest, las condiciones climáticas son extremadamente severas durante todo el año.
La majestuosa montaña del Everest sigue siendo la cumbre más alta del mundo, con una imponente altura de 8846,4 metros sobre el nivel del mar. Este icónico pico ubicado en la frontera entre Nepal y China atrae a intrépidos montañistas y turistas de todo el mundo, pero su ascenso está lleno de desafíos y peligros mortales.
Condiciones extremas en el "techo del mundo"
En la cima del Everest, las condiciones climáticas son extremadamente severas durante todo el año. En enero, el mes más frío, las temperaturas pueden descender hasta los -60°C, mientras que en julio, el mes más cálido, la temperatura promedio aún alcanza los -20°C. Estas condiciones, combinadas con vientos feroces, hacen que la cumbre sea inhóspita y peligrosa.
La temida "zona de la muerte"
A partir de los 8 mil metros sobre el nivel del mar, los escaladores ingresan a lo que se conoce como la "zona de la muerte". Aquí, la cantidad de oxígeno disponible es apenas un tercio de lo normal, lo que dificulta la respiración y la aclimatación.
Muchos montañistas dependen de botellas de oxígeno para sobrevivir en esta región extrema, donde incluso los más experimentados enfrentan graves riesgos para su vida.
Los desafíos del rescate en altura; los muertos sirven de guía para los vivos
La altitud extrema y las condiciones climáticas hacen que los rescates en el Everest sean casi imposibles. Incluso con helicópteros, rescatar a un escalador herido o enfermo en la "zona de la muerte" es extremadamente difícil. En el pasado, varios intentos de rescate han terminado en tragedia, con equipos de rescate poniendo en riesgo sus propias vidas para salvar a otros.
El Everest está sembrado de los cuerpos de aquellos que perecieron en su intento de alcanzar la cima. Más de 200 cadáveres yacen en la montaña, muchos de los cuales son utilizados como macabras referencias por otros escaladores. Desde el "saludador" hasta "Botas verdes", estos cuerpos son recordatorios sombríos de los peligros mortales que acechan en la montaña.
- El saludador: Este cadáver, apodado así por su posición de brazos extendidos, es uno de los primeros encuentros macabros en la ruta de ascenso. Permanece en el lugar desde 1997, sirviendo como punto de referencia para los montañistas.
- Botas verdes: Cerca de este cuerpo, se encuentran los restos de David Sharp, cuya trágica historia generó controversia en la comunidad alpinista.
- Bruce Herrod: A pesar de que su cuerpo nunca fue recuperado, la imagen de Herrod en la cima del Everest, capturada por él mismo, es una advertencia sobre los riesgos mortales que enfrentan los escaladores en la montaña.
- Francys Arsentiev: Su trágica muerte por congelación y la posterior búsqueda de su cuerpo años después resaltan la crueldad y la implacabilidad del Everest.
- Shriya Shah-Klorfine: Junto a otros dos alpinistas, su destino fatal en la montaña es un recordatorio de los desafíos mortales que enfrentan incluso los más experimentados escaladores.
Estos cuerpos, junto con otros no mencionados, forman una parte inquietante del paisaje del Everest, sirviendo como testigos mudos de los peligros y las tragedias que acompañan a aquellos que se aventuran en sus alturas implacables.