Kurt Cobain, el niño que prefirió la guitarra en lugar de una bicicleta

Nadie imaginó que el niño rubio de rasgos tiernos y juguetones nacido un 20 de febrero de 1967 en Aberdeen, Washington, sería todo un huracán de emociones y un cúmulo de sentimientos encontrados hasta el día de su muerte, cuando con su propia mano jaló el gatillo de aquel Remington que le apagó el aliento.

Y mucho menos alguien hubiese creído que 52 años después se le festejaría como si se tratara de un "Dios", ese que fue la bandera de la Generación X, curiosamente porque la depresión marcó su trayectoria y no la estabilidad emocional con la que se les identifica a estos seres nacidos entre 1960 y 1980.

Fue en el año de 1981 cuando el pequeño Kurt eligió su camino al preferir la guitarra que le obsequió su tío en lugar de una bicicleta, como lo hubiese hecho cualquier joven de 14 años.

Kurt Donald Cobain, Kurt Cobain a secas, fue y será uno de los íconos de la música mundial del Siglo XX, principal referente del grunge que se unió en 1994 al club de los "27", ese donde Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse, entre otros, hacen sus festivales.

Un día como hoy, el líder de la extinta banda Nirvana cumpliría 52 años, sin embargo prefirió "quemarse que apagarse lentamente" y dejar un legado difícil de superar en la escena musical con solo tres discos grabados: Bleach (1989), Nevermind (1991) y In Utero (1993); y una ideología que sigue sin entenderse por completo.

Cobain provenía de una familia cristiana pero conflictiva, tanto que el divorcio de su padre Donald Leland Cobain y su madre Wendy Elizabeth Fradenburg le marcaría de por vida; Kimberly era su hermana, tres años menor que él, aunque de ella poco o nada se sabe.

The Ramones, The Beatles y U2, por mencionar algunas agrupaciones, fueron la base musical e inspiración de este genio, quien a lado de Krist Novoselic y Dave Grohl, hizo de Seattle su reino.

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