35 años de Freddy Krueger y 'Pesadilla en la Calle del Infierno'
La gran cinta de Wes Craven, 'A Nightmare on Elm Street', estrenada un 9 de noviembre de 1984, llega a sus primeros 35 años de vida.

Hace 35 años, las pantallas de los cines en Estados Unidos y el mundo abrían las puertas de la oscuridad para dar paso a una nueva figura del cine de horror. Nos referimos a Freddy Krueger, personaje de la película Pesadilla en la Calle del Infierno (A Nightmare on Elm Street) que se estrenó un 9 de noviembre de 1984.
La cinta dirigida por Wes Craven, que revitalizó el subgénero del cine slasher, narraba las horripilantes desventuras de un grupo de adolescentes atormentados en sueños por la presencia de un asesino con el cuerpo quemado, sombrero negro, suéter a rayas rojas y verdes y dueño de un guante provisto de cuchillas afiladas en cada dedo que usaba para asesinar a sus víctimas.
El nacimiento de Krueger
Fueron muchas las inspiraciones que llevaron a Craven a concebir a este asesino serial que se colaba en las pesadillas de sus víctimas para quitarles la vida en el plano de la realidad. Durante su niñez, el director era acosado por un niño con espíritu de matón al que llamaban Freddy. El mal recuerdo lo persiguió hasta su adultez, a tal grado que no pensó en otro nombre para su personaje más que Freddy.
Detalle curioso: la sombra de este excompañero de clases también se vislumbra en el hecho de que el villano de la cinta de Craven The Last House on the Left, de 1972, es “Krug".
En segundo término, el cineasta vivió una experiencia también en su niñez que lo marcó para siempre: una noche cuando se encontraba en su habitación escuchó que alguien lo llamaba desde la calle. Cuando se asomó a la ventana vio la silueta de un hombre parado en la esquina, quien al volverse clavó su mirada sobre la humanidad del niño, causándole un enorme temor. Para Wes la presencia de aquel sujeto desconocido fue estremecedora.
Pesadillas asesinas
Por último, Craven se enteró acerca de la historia de una familia que escapó de los horrores de los genocidios de Camboya ocurridos durante la segunda mitad de la década de 1970.
Cuando los padres y su hijo llegaron a los Estados Unidos para establecerse y comenzar una nueva vida, el menor comenzó a vivir una serie de horripilantes pesadillas que le hacían desear no dormir.
Una noche en que el menor pudo conciliar el sueño, sus padres acudieron a su habitación cuando escucharon una serie de gritos. Cuando llegaron a atender a su hijo, descubrieron que éste había muerto en medio de una aterradora pesadilla.
Ahí estaba el germen del que se valió Wes Craven para desarrollar la idea central de su película: un aterrador ser que acecha los sueños de un grupo de jóvenes, los cuales temen dormir ante la posibilidad de morir en ese estado de inconsciencia.
Un clásico instantáneo del cine de terror
Tras el éxito de la película, que rápidamente se convirtió en un icono del terror ochentero, se filmaron siete secuelas, un crossover (junto con otro icono del cine de terror, Jason Voorhees) y un remake. El actor que dio vida a Freddy Krueger, el norteamericano Robert Englund, también es un verdadero símbolo del cine de terror y su presencia en conferencias y festivales de terror siempre es celebrada por los fanáticos.
Robert Englund declaró que sus referentes para crear la personalidad de Krueger fueron el vampiro de Klaus Kinski en la cinta Nosferatu de Werner Herzog, y James Cagney en Al Rojo Vivo y Enemigo Público. "El señor Krueger ha sido muy, muy positivo para mí. En 1983 y 1984 me propulsó al éxito internacional y me abrió las puertas para poder trabajar en todo el mundo. Sin él hoy no podría estar aquí. Ahora incluso estoy empezando a hacer películas en Europa", cuenta el actor.
Los jóvenes actores Heather Langenkamp, como Nancy Thompson, y Johnny Depp (en su primer rol protagónico), como Glen Lantz, también se ganaron una notable popularidad gracias a esta cinta que fortaleció la figura de Wes Craven como uno de los creadores de horror más notables de todos los tiempos.
A Nightmare on Elm Street recaudó más de 25 millones de dólares en taquilla cuando su costo de producción fueron menos de dos millones. Esto permitió salvar de la quiebra a la productora New Line Cinema. Hoy sigue siendo una de las grandes películas de terror de todos los tiempos.
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