María Espinoza guardó secreto antes de medalla en Río
María Espinoza guardó secreto antes de medalla en Río
Ciudad de México /
La búsqueda de una tercera medalla olímpica fue complicada para María Espinoza.
A diez días de su competencia, la sinaloense y todo el equipo mexicano de taekwondo, padecieron lesiones y mantuvieron su situación en secreto, según contó a Mediotiempo.
“Muchos no saben por ejemplo de lesiones que sufrimos los cuatro poquito antes de los Olímpicos. Una semana y media antes de competir, Saúl, Itzel, Carlos y yo vivimos un ambiente muy muy pesado porque los cuatro nos lesionamos en diferentes tiempos, pero no se lo habíamos dicho a nadie”, relató.
“Yo tuve una lesión en la espalda baja. No me podía poner derecha, sí fue algo muy feo; entra uno en mucha desesperación porque dices ‘¡estoy a poco de Juegos Olímpicos y viene a pasar esto!’. Fue algo muy tonto en el gimnasio porque dejé las pesas en el piso y ya no me pude poner derecha”.
En esa misma semana, los cuatro integrantes del equipo tricolor de taekwondo tuvieron lesiones.
“Saúl (Gutiérrez) tenía un problema en la cadera y no podía patear, y Carlos (Navarro) con una fisura en la mano”, detalló.
“Es una situación difícil que vivimos porque también trataban de que nadie se enterara para no alertar a nadie, pero nosotros pudimos controlar la situación gracias al doctor, los fisiatras…nos atendieron súper bien con quiropráctico. Uno sabe que cuando vas a Olímpicos es más delicado todo”.
Además, en Río de Janeiro enfermó de gripe. “Fue horrible porque yo trataba de estar súper bien ese día. Llegue a Brasil y el clima estaba horrible, había mucha lluvia, estaba frío, los autobuses también estaban muy fríos y me dio una gripa espantosa”, añadió.
La lesión cedió pero el virus no. María llegó al área de competencia con la resaca de la enfermedad.
“Tuve que tomar antibiótico, que no me gusta porque baja mi rendimiento y no me pude recuperar al 100 por ciento pero si al 90 por ciento. Todavía (el día de la competencia) traía algo de flujo si se dan cuenta en las entrevistas, pero las cosas se dieron”, expresó María, quien en Río 2016 ganó su tercera presea olímpica.
A diez días de su competencia, la sinaloense y todo el equipo mexicano de taekwondo, padecieron lesiones y mantuvieron su situación en secreto, según contó a Mediotiempo.
“Muchos no saben por ejemplo de lesiones que sufrimos los cuatro poquito antes de los Olímpicos. Una semana y media antes de competir, Saúl, Itzel, Carlos y yo vivimos un ambiente muy muy pesado porque los cuatro nos lesionamos en diferentes tiempos, pero no se lo habíamos dicho a nadie”, relató.
“Yo tuve una lesión en la espalda baja. No me podía poner derecha, sí fue algo muy feo; entra uno en mucha desesperación porque dices ‘¡estoy a poco de Juegos Olímpicos y viene a pasar esto!’. Fue algo muy tonto en el gimnasio porque dejé las pesas en el piso y ya no me pude poner derecha”.
En esa misma semana, los cuatro integrantes del equipo tricolor de taekwondo tuvieron lesiones.
“Saúl (Gutiérrez) tenía un problema en la cadera y no podía patear, y Carlos (Navarro) con una fisura en la mano”, detalló.
“Es una situación difícil que vivimos porque también trataban de que nadie se enterara para no alertar a nadie, pero nosotros pudimos controlar la situación gracias al doctor, los fisiatras…nos atendieron súper bien con quiropráctico. Uno sabe que cuando vas a Olímpicos es más delicado todo”.
Además, en Río de Janeiro enfermó de gripe. “Fue horrible porque yo trataba de estar súper bien ese día. Llegue a Brasil y el clima estaba horrible, había mucha lluvia, estaba frío, los autobuses también estaban muy fríos y me dio una gripa espantosa”, añadió.
La lesión cedió pero el virus no. María llegó al área de competencia con la resaca de la enfermedad.
“Tuve que tomar antibiótico, que no me gusta porque baja mi rendimiento y no me pude recuperar al 100 por ciento pero si al 90 por ciento. Todavía (el día de la competencia) traía algo de flujo si se dan cuenta en las entrevistas, pero las cosas se dieron”, expresó María, quien en Río 2016 ganó su tercera presea olímpica.