Nadal sana sus heridas en Acapulco y debuta con triunfo ante Mischa Zverev

Rafael Nadal lució intratable en su debut en el Abierto Mexicano de Tenis y no dio atisbo alguno de las dolencias que lo alejaron del tour, donde no jugaba un partido desde que perdió la Final del Australian Open ante Novak Djokovic.

Pero quién si no Nadal para emerger de las cenizas. Al manacorí le bastó una hora y 20 minutos para despachar a Mischa Zverev con dobles sets corridos de 6-3 y hacer estallar de euforia a un público mexicano entregado a su hijo pródigo.

Rafa, segundo mejor tenista del ranking mundial de la ATP, rescató una bola de quiebre y basó su éxito en los puntos ganados en el segundo servicio con un 73% de efectividad para cosechar su tercer triunfo a cambio de ningún descalabro ante el mayor de los Zverev.

"Que no me hayan roto el saque tras yo hacer un break", respondió al término del partido sobre las claves de su triunfo. "La clave es cometer menos errores que el rival y en ese sentido creo que así ha sido, cuando he tenido un problema se ha podido solventar, no ha sido fantástico el juego -como era de esperar viniendo de una lesión y un problema en la mano-, pero era pasar con fuera y se ha ganado bien, ahora a descansar porque mañana es un gran test".

Nadal hizo valer su condición de favorito de principio a fin, no dio muestras de dolor en su lastimada muñeca y demostró por qué razón está 74 lugares arriba de Mischa en el escalafón mundial, además de su envidiable palmarés con 17 títulos de Grand Slam en sus vitrinas.

"La confianza se gana ganando partidos, no hay otra manera. Es de tener una confianza en uno mismo, el comienzo de año ha sido nada bueno pero a nivel de problemas físicos muy complicado, ojalá pueda encadenar dos torneos sin tener que parar, si uno está sano es fácil encontrar el nivel de juego que uno busca", apuntó.

Pero el panorama no es del todo alentador para el manacorí pese a vivir una noche mágica en su debut en Acapulco, pues ahora tendrá que verse las caras con Nick Kyrgios –producto de su mala suerte en el sorteo y la nada favorable posición en el ranking del australiano-.

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