'Nadie me obligó a competir', Natalia Escalera tras retirarse lesionada y llorando de París 2024
La gimnasta mexicana trató de al menos hacer barras y convertirse en olímpica, pese a sus lesiones
La gimnasta mexicana, Natalia Escalera, quien por lesiones durante los Juegos Olímpicos de París 2024, no pudo participar por completo en el all-around femenino de este domingo, aclaró que nadie la obligó a competir a pesar del fuerte dolor que tenía, pues pese a esto hizo trabajo en barras, para luego despedirse de la competencia.
"Quiero aclarar que a mí no me obligaron a competir, fue una decisión propia y creo que fue la decisión correcta, porque hoy puedo decir que soy una gimnasta olímpica".
Escalera habló sobre su lesión en los Juegos Olímpicos
La gimnasta platicó cómo fue que ocurrieron sus lesiones, de las cuales pensó que podría recuperarse o en el último de los casos,infiltrarse y poder competir pese a sus lesiones; sin embargo, todo fue muy doloroso.
"Primero que nada quiero agradecer por todos los buenos comentarios que han tenido hacia mí en mi participación en estos juegos; todo empezó en el campamento previo que fue un mes en Madrid, donde en la primer semana era adaptación, yo soy de Baja California y el horario me traía loca, no dormía nada por la noche, sí me afectaba a la hora del entrenamiento, eran cargas altas que lo entendía por le proceso en el que estaba, pero sí era bastante".
"Quiero aclarar que yo venía libre de lesiones hasta antes de Madrid, de hecho la segunda semana tuve control de rutinas y fue ahí mi primer lesión, que fue esguince en el pie derecho, del esguince no me preocupé tanto porque faltaban tres semanas y me podía recuperar, tuve terapia, me iba recuperando, pero empecé a tener problemas en lo que pensaba eran mis Aquiles, que sentía mucho dolor, pero aún así le estaba dando porque era lo que tenía que hacer en ese momento, lo que pensaba que era correcto".
¿Qué lesión tenía Natalia Escalera?
Para colmo, la infiltración tardó en llegar, y ya no era sólo el problema en un pie, fue en los dos, y eso le hizo imposible completar su actuación en la justa olímpica, terminando con lágrimas.
"En el último entrenamiento previo a salir a París fue cuando tuve mi desgarre en mi gemelo, estaba luchando con esguince de un pie, resistir un desgarre en la otra pierna, aguantar el dolor en un pie podía soportarlo, pero en las dos era bastante difícil; estuve haciendo millones de terapias, de medicamentos, llegué a París y los dolores no desaparecían, estuve cuatro días sin entrenar, sin hacer nada, sólo hacía barras y lo que podía, no hice piso, no hice salto, hacía muy poca viga para cuidarme para el domingo, hacer la competencia de mi vida o hacer lo que mi cuerpo me podía permitir, como último recurso optamos por la infiltración, yo no fui a la inauguración por estar esperando la infiltración, estaba a un día de competir, entonces a las 12 de la noche fueron a infiltrarme el tobillo y la pantorrilla, duele muchísimo, pero era un alivio súper rápido, pensé que podía funcionar, tuve un proceso de sanación de seis horas después de la infiltración, creo que no era lo más sano, pero confié en los doctores... en el siguiente día pude hacer algo de salto".
"Cuando estaba haciendo piso en una coreografía, caí con la pierna izquierda y sentí como me tronó, caí al piso, me quedé llorando, le dije a mi entrenador 'ya no puedo', no entendía cómo me estaba pasando esto en la competencia más importante; me llevaron al hospital y traía roto el ligamento plantar... llorando tomé la decisión de no participar en estos juegos porque no podía ni caminar... dije que no, pero algo en mi corazón me decía 'espera cómo amaneces mañana'... me levanté, podía medio caminar, y dije lo voy a intentar una última vez".
"En el camino le dije al entrenador que iba a pasar las barras, hice todo el calentamiento, intenté en el gimnasio anexo el hacer barra, no pude, metía los pies, pero como me rompí el ligamento plantar, al momento de poner los pies en la barra, sí dolía... fui con los doctores a que me dieran un medicamento a que me hicieran aguantar una rutina, dije, sólo es una, sólo va a doler una vez, me metí no sé cuántas pastillas, y estar en un escenario así es un analgésico gigante. Logré hacer mi rutina, resistir y aguantar la salida de barra, caí y ni siquiera tuve chance de ponerme nerviosa, porque me preocupaba que no se me fuera romper otra cosa".
Finalmente, tras las barras, decidió decir adiós a París y soltó en llanto, pero al mismo tiempo sabía que había logrado participar en el mejor escenario para cualquier atleta, los Juegos Olímpicos.