Era tomar el mal camino o el futbol y me la jugué: Walter Montoya

El argentino de Cruz Azul dejó su casa a los 13 años y estuvo a punto de negarse al futbol

Orgulloso de su origen en la ciudad de Resistencia, en la provincia de Chaco, Argentina, Walter Montoya aún recuerda lo difícil que fue comenzar su carrera cuando creía tener solo dos opciones: la delincuencia o el futbol.

Surgido de Rosario Central y con un breve paso por el Sevilla, a sus 24 años el refuerzo de Cruz Azul para este Clausura 2018 un día se sentó con sus padres y ahí decidió jugársela.

“Es difícil salir de Chaco porque no tienes nada cerca, es como salir de una villa, un barrio donde o es la droga o te la jugás. Es sacrificio porque allá lo tienes lejos todo, está cerca el futbol pero si vos querés triunfar tienes que irte a otra ciudad”, relató a Mediotiempo.

“A mí me tocó salir a los 13 años e ir a Rosario es complicado, tienes que tener el respaldo de tu familia y por suerte mi familia estuvo”.

Aunque al medio año quería regresar a casa, recibió el respaldo definitivo de los suyos para apostarle en definitiva al futbol.

“Pasaron seis meses y ya me quería volver a mi casa, pero también me senté con mi familia, con mis viejos y era decidir ahí. Supe entender y sabía que si decidía volver al barrio era el camino casi para mal”, recordó.

“Porque tampoco me gustaba estudiar, que está mal también; la verdad que tomé una buena decisión que está teniendo sus frutos y estoy contento”.

De total confianza de Pedro Caixinha, quien lo ha alineado como titular en los últimos tres juegos de liga pese a los cuatro meses que pasó sin actividad en Sevilla, el volante ha conocido historias de compañeros y amigos que terminaron presos.

“Vas al barrio y ves al mismo que estaba conmigo a los 12 o 13 años y está por mal camino y (digo) ‘yo podría estar donde está él’, o está preso. Creo que cuando voy ahí, no me da pena, pero me siento un poco mal por esa gente, pero bueno, yo me siento conforme y que me la jugué bien”, aseguró.

Montoya recibió la camiseta número 10 de la Máquina, la misma que curiosamente portó hasta el semestre pasado su paisano Christian Giménez, cuyo apodo se debe a que es originario de Chaco.

Con ella, Montoya ahora comienza su capítulo con la Máquina, con tres años de contrato, en los que buscará mostrar las cualidades que lo llevaron a Europa pero, sobre todo, lo alejaron del camino del mal en Resistencia.
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