'Fue una bomba biológica'; alcalde culpa al Atalanta-Valencia por coronavirus

Giorgio Gori es alcalde de la provincia de Bérgamo, una de las más afectadas por el COVID-19, y en una entrevista en Facebook culpó al juego de Champions por la desgracia.

El juego de Atalanta-Valencia se jugó en Milán el pasado 19 de febrero. (Foto: AFP)

El partido entre el Atalanta y Valencia en Milán del pasado 19 de febrero dentro de la Champions League fue la "bomba biológica" que desató la desgracia en Italia por el coronavirus, de acuerdo al alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori, quien culpó a ese juego de futbol de la desgracia que se vive en la región y en todo el país, que es el que más muertes registra en el planeta.

"Ese juego fue la bomba biológica. El primer paciente en Italia fue el 23 de febrero, si el virus ya circulaba, los 40 mil aficionados que fueron al estadio de San Siro se contagiaron. Nadie conocía que el virus ya circulaba entre nosotros, muchos vieron el partido en grupos y hubo muchos contactos esa noche. El virus pasó de unos a otros", afirmó en una entrevista vía Facebook.

Los contagiados del Atalanta-Valencia

Aquel juego de Champions entre Atalanta y Valencia pudo, en efecto, tratarse de un detonador de los problemas de COVID-19 que enfrentan Italia y España, ya que el 35% de la plantilla de los Naranjeros fue confirmada con el virus que mantiene en jaque al mundo, además de que el periodista deportivo, Enrique Mateu, fue conocido como el "Caso Cero" al ser el primero detectado en la región ibérica.

Atalanta confirmó el martes el positivo del portero Sportiello, habitual suplente pero que ese día jugó de inicio en San Siro. 

Vale recordar que el Atalanta pidió jugar sus partidos como local en San Siro, porque su estadio, ubicado en la Ciudad de Bérgamo (a solo 60 kilómetros de Milán), solamente tiene un aforo de 15 mil personas, por lo que solicitó a la UEFA cambiar su sede para sus partidos como local.

El diario italiano La Reppublica presentó un gráfico en el que mostró que a partir del 26 de febrero, es decir, siete días después del encuentro, fue que comenzó la curva ascendente de contagios, lo cual coincide con el tiempo en el que los primeros síntomas pueden comenzar a mostrarse en el cuerpo humano.


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