Crisis económica, detrás de candidatura de Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay
Los países que integran el bloque sudamericano para el Mundial del 2030, entre los más afectados por la inflación y la deuda.
Faltan siete años para la realización de la Copa del Mundo 2030; es más, todavía no se designa una sede; sin embargo, la candidatura conjunta presentada este martes 7 de febrero entre Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay llama la atención por el complejo momento económico que atraviesan estos países y la región en general.
Para organizar, y llevar a cabo una competencia de esta magnitud, se necesitan millones, miles de millones de dólares, como los 200 mil que gastó Qatar para realizar el torneo en el invierno del 2022; o bien los 11 mil millones que invirtió Brasil en el año 2014, y que en su momento fue el mayor gasto hecho para llevar a cabo un Mundial. Aún se sufren los estragos de aquello.
Tras casi tres años de pandemia, Sudamérica no ha podido recuperarse y, al igual que en la mayor parte del mundo, la inflación hace estragos en las economías de las 10 naciones que la conforman: Argentina registró en 2022 el segunda mayor nivel, situado en 95%, solo por detrás de la Venezuela de Nicolás Maduro. Chile quedó en el cuarto lugar, con 12.8%; Uruguay sexto con 8.2 % y Paraguay en el séptimo con 8.1%.
¿Qué es la inflación?
La inflación es un fenómeno en la economía, relacionado con un desequilibrio entre oferta y demanda, ello produce el aumento en los precios de bienes y servicios básicos, ocasionando también la pérdida de valor de la moneda (el poder adquisitivo).
Desde el año 2020 la inflación ha provocado que los precios en alimentos, vestimenta, transporte y servicios de alojamiento se eleven en Chile, Uruguay y Argentina; ésta nación, de acuerdo al plan de la candidatura, sería la sede del partido de inauguración, además la que ofrecería más estadios, y por supuesto tendría más juegos.
Proyección económica hacia el 2030
Las proyecciones económicas no son buenas para la región en el largo plazo, ya que de acuerdo a un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los estragos económicos de la pandemia de covid-19 (iniciada en la región en los primeros meses de 2020) podrían seguir reflejándose hasta el 2030, en caso de que los gobiernos locales no tomen medidas como la “Diversificación de su estructura económica, el refuerzo de las políticas para combatir la pobreza, la desigualdad y la cultura del privilegio y la integración productiva y comercial”.