Inglaterra 1966: Los ingleses fueron campeones en medio de la polémica
El llamado Equipo de la Rosa solo había sumado fracasos hasta 1962, historial que cambió en casa y gracias a jugadores excepcionales, además del arbitraje
Inglaterra, país que se jacta de ser la cuna del futbol, nunca había tenido una buena Copa del Mundo hasta 1962 y su prestigio dentro de ese deporte era prácticamente inexistente debido a su extenso historial de fracasos, por lo que había una necesidad de reivindicarse para formar parte de esa élite a la que solo habían accedido Uruguay, Italia, Alemania y Brasil hasta entonces.
Y para hacerlo se valdrían de cualquier medio, siendo el punto de partida la designación como sede para la realización de la justa en 1966, la cual le fue entregada por el inglés Arthur Drewry, entonces presidente de la FIFA, quien durante el 32º Congreso del organismo, el 22 de agosto de 1960, anunció el triunfo de su país sobre Alemania tras una cerrada votación de 34 a 27.
El polémico camino de Inglaterra
Quienes vieron la justa tienen claro que no fue la más brillante de la historia, pero bien podían defender que se trató de la más polémica, por el evidente apoyo que recibió el representativo británico a lo largo de la competición.
Con un futbol pragmático, aunque nada inspirador, el también llamado Equipo de la Rosa avanzó sin mayores complicaciones a la segunda fase después de empatar 0-0 con Uruguay, una selección que ya no era tan competitiva como en anteriores justas, y después de vencer por sendos 2-0 a México y Francia, representativos de poco calibre hasta entonces.
Lo criticable empezaría a darse a partir de los Cuartos de Final, ya que el partido ante Argentina fue marcado por una extraña expulsión al minuto 35 de Antonio Rattin, la cual al día de hoy no se explica. “Me miró con mala intención, por eso me di cuenta de que me había insultado”, argumentó el silbante al respecto.
Si bien el jugador argentino se quedó 10 minutos en el campo esperando una explicación, el partido continuaría hasta favorecer 1-0 a los ingleses con único tanto de Hurst al minuto 78, lo que serviría para confirmar una participación histórica inglesa, ya que antes no habían avanzado de esa ronda.
Pero ese no sería el límite, ya que en la Semifinal aprovecharon la inexperiencia de Portugal para ganar con doblete de Charlton (30’ y 80’), y a pesar de que Eusebio había recortado gracias a un claro penalti (82’).
Wembley recibió la Final
Ante 93 mil espectadores, entre ellos la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe, además de 400 millones de personas que siguieron la transmisión a lo largo del mundo, Inglaterra se encontró con Alemania Occidental en el último partido del campeonato de 1966, lo que daría pie a un encuentro descomunal, pero igual cargado de polémica.
Todavía con el rencor que dejó la Segunda Guerra Mundial, ingleses y alemanes se batieron en una batalla sin comparación, en la cual los segundos fueron los primeros en hacer daño gracias al tanto de Haller al minuto 12, euforia que duró poco porque Hurst igualó seis minutos más tarde con un cabezazo tras ser asistido por Bobby Charlton.
Aunque Inglaterra regresó del descanso con coraje y la determinación de tomar la ventaja, la paridad permaneció hasta el minuto 78, cuando Peters se presentó en el marcador, pero los alemanes, fieles a su historia, no se rindieron hasta que se marcara el final del partido, tesón que le dio para igualar a 15 segundos de que acabara el tiempo reglamentario con tanto de Wolfgang Weber que llevó a los tiempos extra.
Ahí, mientras sus jugadores tomaban un breve receso, se escuchó al entrenador de Inglaterra, Alf Ramsey, animar a su equipo y decir: "Está bien. Lo dejaste escapar. Ahora comienza de nuevo", palabras inspiradoras que revitalizaron a su equipo y que lo llevaron a dar media hora a tope en la que gestaron el campeonato, aunque apoyados por una decisión del silbante Gottfried Dienst.
En el minuto 11 de la prórroga Hurs volvió a aparecer, esta vez para poner un potente remate en el travesaño que picó en la línea y después rebotó fuera del arco, el cual fue dado por bueno después que el silbante central lo confirmara con su auxiliar.
Aturdidos por la decisión, los ingleses pusieron el 4-2 final al minuto 120 con el triplete de Hurts, el cual no se invalidó a pesar de que había tres aficionados dentro de la cancha, entonces un hecho mínimo que no frenó el festejo de un país que reclamaba un sitio entre los grandes del mundo con su primer campeonato.
Bobby Moore subió al palco real para recoger el trofeo Jules Rimet de oro macizo de manos de la Reina Isabel.
Los campeones
Gordon Banks, George Cohen, Ray Wilson, Nobby Stiles, Jack Charlton, Bobby Moore, Alan Ball, Jimmy Greaves, Bobby Charlton, Geoff Hurst, John Connelly, Ron Springett, Peter Bonetti, Jimmy Armfield, Gerry Byrne, Martin Peters, Ronald Flowers, Norman Hunter, Terry Paine, Ian Callaghan, Roger Hunt y George Eastham. DT: Alf Ramsey.