El día que Maradona jugó su último partido con Boca Juniors

Cinco días antes de cumplir 37 años de edad, Diego Armando Maradona jugó su último partido con la camiseta de Boca Juniors, el equipo de sus amores, un 25 de octubre de 1997. Y no fue en un encuentro cualquiera: el cuadro Xeneize enfrentó a River Plate en el Monumental de Buenos Aires.

Muchas cosas pueden destacarse de ese encuentro: no fue solo el último de Diego como futbolista profesional sino que Boca ganó 1-2 de visitante y el mítico jugador argentino (quien salió al campo con el gafete de capitán) fue sustituido en la segunda mitad por Claudio Paul Caniggia (algunas fuentes aseguran que fue por un joven llamado Juan Román Riquelme). Boca también fue capaz de darle la vuelta al Superclásico en el segundo tiempo con goles de Julio César Toresani y Martín Palermo.

Diego ya estaba disminuido físicamente y su futbol no pesó en el partido. Al final del encuentro dejó una más de sus polémicas frases para la posteridad: "Boca jugó a lo Boca y River jugó a lo River. Ellos hicieron un gran primer tiempo, pero en el segundo se les cayó la bombacha".

De esa manera el pueblo argentino fue testigo del último partido oficial de Maradona, máximo símbolo e ídolo del futbol argentino y dueño de una de las carreras más brillantes que se hayan visto en la historia del balompié (la cual no estuvo exenta de momentos oscuros y trágicos).

Tres días después del encuentro, comenzó a circular el rumor de que Diego había dado positivo en un control antidoping y que debido al disgusto y preocupación su padre había fallecido. Entonces Diego Armando Maradona, cansado de las polémicas en torno a su persona y su familia, decidió anunciar su retiro un día después: 

"Con todo el dolor del mundo, ha llegado el momento de anunciar mi retiro. Se terminó el jugador de futbol. Le había prometido a mi viejo que no le iba a dar disgustos ni motivos que dañaran su salud. Lo que se dijo con respecto a él fue una canallada".

El 30 de octubre, Diego cumplió 37 años de edad. Pero ya no habría más futbol para el gran ídolo del pueblo argentino, campeón del mundo en 1986 y subcampeón en Italia 1990 con la Albiceleste.