Héctor Moreno casi no era futbolista por rechazo del Atlas
El zaguero recordó su paso por los Rojinegros, donde estuvo seis meses a prueba

La carrera de Héctor Moreno ha estado repleta de buenos momentos, pero antes de que empezara a brillar en el balompié mexicano y europeo pasó por un trago amargo cuando vistió de adolescente la camiseta del Atlas.
El zaguero recordó que durante esa etapa lo rechazaron y pensó en no jugar nunca más, pero su mamá fue la que lo obligó a probarse con Pumas cuando tenía 15 años y ahí sí se quedó.
“Antes estuve seis meses en Atlas con 14 años. Al término de ese tiempo me dijeron que no valía para el futbol y regresé a casa.
“Tenía 15 años pero como me habían dicho que no servía para el futbol, me lo creí. Mi madre vio que hacían pruebas de una semana en Pumas y como es muy aficionada, me obligó a presentarme. No quería volver a salir de casa, fui por complacerla y con el billete de vuelta. Como no quería quedarme hice las pruebas tan relajado que las cosas me salieron increíble. Me ficharon y pasé 5 años ahí, dos en el primer equipo. Salí futbolista gracias a ella”, dijo en entrevista con el Diario Vasco de España.
Moreno recordó también su paso por el AZ Alkmaar de Holanda, club que significó su primera experiencia en el balompié europeo y donde ganó su primer título de la Eredivisie, bajo las órdenes de Louis van Gaal.
“Lo primero, me obligó a aprender holandés. Y le estoy agradecido porque me permitió integrarme en la vida del país. Como técnico era muy exigente, no te dejaba pasar una. No podías fallar un pase, un control. Siempre lo tenías encima de ti. No valía entrenarse a medio gas. Al principio cuesta pero después, cuando lo asimilas, creces sin darte cuenta. Además tenía un estilo de juego que obligaba a los centrales a sacar el balón controlado y eso me hizo crecer mucho”.
Sobre la lesión que sufrió en el Mundial de Brasil 2014 en los octavos de final ante Holanda, el sinaloense explicó que fue un duro golpe a su carrera porque tenía varias ofertas sobre la mesa para salir del Espanyol de Barcelona.
Fue un momento duro. Antes del Mundial tuve en mis manos varios contratos de clubes de renombre que querían firmarme. Era mi sueño cuando vine a Europa. Pospuse la decisión hasta terminar el Mundial pero en el partido de octavos contra Holanda me rompí la tibia en un choque fortuito con Robben. Todo se esfumó de repente pero lo que más me dolió fue caer eliminados”, sentenció.
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