'Pudieron mandarnos a la mierda'; Vasco Aguirre agradeció a fans del Mallorca

El mexicano dio gracias a los seguidores del Mallorca por no "mandarlos a la mierda" tras aquella goleada de 6-2 ante Granada y hoy celebran la permanencia.

Javier Aguirre salvó al Mallorca con solamente 9 partidos dirigidos. (Imagen de mediotiempo)

Solamente nueve partidos necesitó Javier Aguirre en el banquillo para consumar un "milagro" con la salvación del Mallorca en la Primera División, un club que hace seis años estaba jugando en la Tercera División y que este domingo celebra que seguirá en LaLiga la siguiente campaña, muy probablemente con el Vasco al mando y con un gran agradecimiento a la afición Bermellona.

Luego de la victoria en Osasuna -antigua casa del Vasco como timonel-, el mexicano públicamente reconoció la "invasión" de fanáticos mallorquines en la cancha de El Sadar, recordando que hace dos semanas el Granada los había goleado como locales y bien pudieron mandarlos "muy lejos" en el tramo final de la campaña.

"Quiero hacer mención especial a la expedición de gente del Mallorca. Después de aquel 2-6 (ante Granada) bien nos pudieron mandar a la mierda, no volver a ir al estadio. Quedaban dos salidas feas, estábamos liquidados, en Segunda División, pero se mantuvieron con nosotros", dijo el Vasco en la zona mixta tras la salvación.
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Aguirre huyó del vestidor del Mallorca

Fue tal el júbilo del Real Club Deportivo Mallorca que Aguirre Onaindia prefirió salirse de los camerinos porque "lo bañaron en cerveza", aunque en realidad el mexicano quiso que los jugadores disfrutaran solos del triunfo porque es mérito plenamente de ellos.

"Tenemos una hora para celebrar, obviamente están contentos. Entré al vestidor un segundo y me bañaron de cerveza, me salí y no quiero entrar", mencionó el Vasco, quien en sus nueve partidos como entrenador tuvo marca de cuatro triunfos, un empate y cuatro derrotas.
"Lo lograron los chicos, hicieron un partido inteligente con mucho sufrimiento. Osasuna no regala nada, lo sé porque casi nací aquí como entrenador, esperábamos lo que vivimos, estar metidos en nuestro campo sufriendo. Nos fuimos 0-0 al vestidor sin saber cómo y en la segunda parte fuimos mejores, llegó el gol y nos atrevimos más. Con el segundo (gol) por fin tuvimos calma.

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