Balazo a Salvador Cabañas: la historia según Miguel Ángel Mancera
El Senador de la República reveló que hubo presión por parte del gobierno paraguayo para resolver el caso y cómo lo cuidaron en el hospital por estar en riesgo inminente.
Una llamada telefónica lo alertó sobre un intento de homicidio dentro de las instalaciones de un bar al sur de la Ciudad de México. Era la madrugada del lunes 25 de enero del 2010, cuando Miguel Ángel Mancera, hoy Coordinador del PRD en el Senado, y entonces Procurador de Justicia de la capital, se enteró que la persona que estaba tirada en el baño del Bar Bar, con un balazo en la cabeza, era el goleador y estrella del Club América, Salvador Cabañas.
¿Qué ocurrió ese 25 de enero?
A 13 años del atentado que le costó la carrera al futbolista guaraní, Miguel Ángel Mancera, platicó en entrevista con Mediotiempo (en enero del 2020) para relatar el hecho, desde las primeras horas cuando arribaron los elementos de seguridad para acordonar las instalaciones, la detención del culpable, hasta las exigencias del gobierno paraguayo para esclarecer el intento de homicidio de la figura de la Selección de futbol, que se alistaba para el Mundial Sudáfrica 2010.
“La primera noticia que tenemos nosotros es de una persona herida dentro de un bar en la zona de Insurgentes Sur, aparentemente por arma de fuego. Se corrobora que se trata del futbolista Salvador Cabañas, que la herida es una herida muy delicada, una herida que involucra el riesgo de pérdida de vida”, platicó.
“Nosotros llegamos a asegurar el inmueble, de momento no se tenía información, no se sabía que había sucedido dado que el acontecimiento fue en la parte superior del bar, exactamente en los baños”, lugar donde Chava fue encontrado por uno de los trabajadores del bar cerca de las 5:14 de la mañana, de acuerdo a los videos de seguridad que dio a conocer la Procuraduría de Justicia.
“Pudimos verificar los videos y después de algunas horas de analizar los videos se pudo establecer con mucha precisión la entrada al baño del futbolista y de un segundo sujeto, que finalmente resulta ser el agresor. De ahí se desprende la identidad de quien finalmente la Procuraduría fue a quien buscó y contra su dirigió la acción penal, la persona conocida como el ‘JJ’”.
José Jorge Balderas Garza, apodado el “JJ”, era hasta ese momento un desconocido, tanto para la opinión pública como para las autoridades. Se sabía que era un empresario en el ramo del transporte, pero con el paso de los días y la investigación, resultó solo una fachada, pues fue vinculado con el Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, como operador de Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, amigo de Arturo, líder del grupo criminal.
“Fue muy complicado por el hecho del agresor, de quien se trató. Fue muy complicado porque no era una agresión de cualquier persona, había sido alguien que resultó estar vinculado con una organización delictiva de mucho poder, de una organización delictiva con operaciones fuera de la ley”, comentó el también exjefe de Gobierno de la Ciudad de México.
“Para poder ubicarlo tuvimos que trabajar con la Policía Federal, hicimos cruce de información y vinieron las aprehensiones, la Policía Federal ubicó a estas personas y nosotros ejercimos acción penal. Él estaba vinculado a otros delitos y fue puesto a disposición del aparato federal”.
Estando en la cama de un hospital al sur de la capital y en los días posteriores, Salvador Cabañas y su familia contaron con seguridad las 24 horas, debido a que las autoridades temían una represalia por parte de los acusados, luego de que se dio a conocer que Chava había dejado la clínica casi dos meses después de la agresión, y fuera de peligro.
“No fue un tema menor, Salvador todo el tiempo que estuvo en el hospital estuvo con custodia, con policías, porque sí era un riesgo inminente el que él corría”, agregó el exprocurador, que recordó que el calibre de la pistola con la que el “JJ” disparó (calibre .25), tuvo mucho que ver en que el paraguayo saliera con vida del atentado.
“Recuerdo que fue una arma de fuego calibre .25, porque el proyectil tuvo una trayectoria en donde nunca perdió la dirección. Es decir, si hubiera sido un calibre .22 seguramente las consecuencias hubieras sido más graves, porque el proyectil es más pequeño y tiene más movilidad”, señaló.
ASÍ SE INVOLUCRÓ EL GOBIERNO DE PARAGUAY
La presión mediática no fue la única que tuvo que soportar la Procuraduría capitalina, pues también se sumaron las exigencias del gobierno de Paraguay, que pidió se resolviera el caso del futbolista lo más pronto posible. El 18 de enero del 2011, un año después del balazo, el “JJ” fue detenido por la Policía Federal en la Bosques de las Lomas en la Ciudad de México.
“La verdad tuvimos casos mediáticos y casos muy fuertes, pero sin duda que este caso fue muy relevante, por lo que implicaba, por lo que pasó, porque era un ídolo deportivo en México y en el extranjero, seleccionado, y obviamente por la persona que había sido el agresor”, recordó.
“Siempre hay (presión), como es natural en estos casos, siempre los gobiernos extranjeros te exigen que haya justicia, que se resuelva pronto, pero nada fuera de las presiones que tienen estos caso que son muy mediáticos”, concluyó.
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