El día que terminó la maldición y con gol de oro América fue campeón ante su ‘hermanito’
Hoy recordamos el Necaxa vs América de 2002, donde los azulcremas tardaron 13 años en volver a ser Campeones del futbol mexicano y lo hicieron con un gol de oro de Norberto Castillo.
Los años de oscuridad en América quedaron atrás. La década de los 90 que no dejó nada en Coapa terminó y la luz volvió en el Verano 2002 como lo dictan los cánones americanistas: venciendo al Necaxa con una épica remontada y un gol de oro que colocó desde ese instante a Hugo Castillo en la historia del equipo.
Muchos le quitarán mérito a este triunfo de las Águilas porque venció con polémica al ‘hermano menor’, si bien la mirada al cielo y con los puños en alto de Manuel Lapuente en cuanto Armando Archundia pitó el final reflejó la descarga de emociones que sintió al terminar con 13 años de sequía azulcrema.
América llegó al juego de Vuelta con un marcador adverso de 2-0, pero la historia de este club marca que no hay imposibles cuando hay un título de por medio y aunque el reloj se convirtió en un enemigo más de las Águilas, todo se fue acomodando.
La esperanza de la anhelada novena estrella azulcrema se abrió en el segundo tiempo gracias a Christian Patiño y luego a Iván Zamorano, que con su etiqueta de figura mundial hizo estallar al Azteca, en su mayoría vestido de amarillo. No era para menos, pues habían pasado 10 años desde que jugaron su última Final.
MISIONERO CASTILLO, EL HÉROE DEL 2002
El Azteca tenía mucho tiempo que no vivía una noche tan mágica, llena de nerviosismo, quizás la última vez fue contra Boca Juniors en la Semifinal de Copa Libertadores, por eso el americanismo desde la tribuna hizo retumbar su grito de guerra y a una voz se escuchó el “¡Vamos, América!”.
Primero Adolfo Ríos se vistió de héroe tapando un tiro de Carlos Gutiérrez. El traje se lo prestó a Zamorano pero Archundia invalidó la anotación del chileno y luego al Misionero Castillo le quedó a la perfección para darle al América su noveno campeonato.
“Ese gol de oro y ese campeonato me marcó de una manera importante porque se rompió una sequía de 13 años”, recordó Hugo Castillo a Mediotiempo.
“Es un lindo recuerdo. El momento fue espectacular e indescriptible por lo que significó, la cantidad de gente que había y porque fue agónico y la adrenalina fue desbordada”.
Castillo, al ver el balón en las redes de Nicolás Navarro, salió corriendo hacia un costado de la cancha, donde fue alcanzado por todos sus compañeros, pues con ese gol el partido se terminó y América por fin pudo romper su sequía.
NADIE CREÍA EN EL AMÉRICA
América se metió a la Liguilla en la última Jornada del torneo y como Octavo lugar, gracias a un triunfo contra Puebla por 2-1, al empate 1-1 de Cruz Azul con Rayados y a la derrota de Tigres con Atlante. Su primer rival fue La Piedad.
“Estábamos a punto de no calificar, entramos en el octavo a la Liguilla y nos tocó con La Piedad que era un equipo que jugaba bien y tuvimos la fortuna de ganarles 3-0 en cada uno de los dos partidos y eso motivó mucho a los jugadores”, recordó Javier Pérez Teuffer, quien fuera presidente de las Águilas en ese torneo.
Esa motivación los ayudó para enfrentar a Pumas en las Semifinales, serie en la que estaban prácticamente eliminados, aunque Christian Patiño puso a las Águilas en la Final con un gol en Cuidad Universitaria.
“Éramos un equipo sin tanta ‘estrellitis’, estaba Zamorano pero tampoco teníamos a algunos jugadores porque se fueron al Mundial y a pesar de eso llegamos a la Final y nos levantamos de perder la Ida”, añadió Pérez Teuffer.