Iván Zamorano, de la furia al gozo en la Final entre América y Necaxa

"Iván Zamorano estaba muy enojado porque Lapuente le dijo que solo iba jugar 30 minutos y que no iba a ser titular", confesó Javier Pérez Teuffer

Para el partido de Vuelta de la Final del Verano 2002 América debía remontar un marcador adverso de 2-0 pero Manuel Lapuente sorprendió al dejar de inicio en la banca a Iván Zamorano, el goleador del equipo, para darle juego al uruguayo Marcelo Lipatín.

La decisión no dejó nada contento al Bam-Bam, quien a pesar de acatar la decisión del estratega no dejó de ocultar su molestia. Pero el destino le tenía preparado otro camino al chileno, pues salió de la banca para ser uno de los héroes.

“El día que fuimos campeones Zamorano estaba muy enojado porque Lapuente le dijo que solo iba jugar 30 minutos y que no iba a ser titular. Estaba que echaba chispas del coraje y al final fue uno de los héroes y todo eso fue porque Lapuente lo supo administrar”, confesó Javier Pérez Teuffer a Mediotiempo.

Zamorano ingresó al campo a los 49 minutos por Duilio Davino y al 62’ marcó el gol del empate global en una polémica jugada en la que para los necaxistas existe fuera de juego, pero que no fue decretado por Armando Archundia y terminó fusilando a Nicolás Navarro.

En el tiempo extra el Bam-Bam pudo ser el héroe, pero el silbante invalidó su gol por una falta. Y es que al momento de rematar de cabeza dentro del área se recargó sobre un zaguero de los Rayos.

¿CÓMO LLEGÓ IVÁN ZAMORANO AL AMÉRICA?

Con 34 años de edad, Iván Zamorano aterrizó en el futbol mexicano proveniente del Inter de Milán, pero su llegada se debió gracias al esfuerzo de la directiva y de la labor de convencimiento que hizo Fabián Estay, su compañero en ese entonces en la selección chilena.

Fabián Estay nos ayudó mucho con información y nos ayudó a convencerlo. Sabíamos que ya no estaba jugando tanto en el Inter y que no le iban a renovar el contrato porque tenía 34 años y hablamos con él para darle un contrato de dos años y medio, además de que Fabián le habló bien del país y del equipo”, señaló Pérez Teuffer.

Parece fácil pero nos decía y nos decía que no y nos ponía a pensar en qué le podíamos ofrecer, fue un relajo y lo mismo sucedió con el Piojo López, pero él no se involucró tanto como lo hizo Zamorano”.

El andino ayudó en todos los sentidos al América, pues no solo hizo labor dentro de la cancha, sino que fuera de ella ayudó al crecimiento de algunos jóvenes de la cantera.

Zamorano es una extraordinaria persona, la empresa lo quiere tanto y en esa época invitaba a los chavos a comer a su casa, los motivaba hablándoles de lo que era su vida de jugador”, agregó Pérez Teuffer.

  • Enrique Martínez Villar
  • Reportero. En MT desde 2017. Egresado de Licenciatura Escuela de Periodismo Carlos Septién García
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