La gloria del título en el ’97 se convirtió en amargura por la sequía en Cruz Azul

La larga sequía de títulos en Cruz Azul tiene escenas casi inverosímiles por las veces que se han quedado a segundos o milímetros de un nuevo campeonato.

Castro, lamentando su error en 2013. (Mexsport)

Durante 22 años, Cruz Azul ha sido testigo de incontables escenas inverosímiles que han agravado la sequía de campeonatos. La afición cementera no ha vuelto a celebrar un campeonato de Liga desde el Invierno 97 y las pocas alegrías desde ese año se reducen al título de la Copa MX en el Clausura 2013 al vencer al Atlante 4-2 en penales, así como el trofeo de la Concachampions en 2014.

Una de las más fuertes amarguras que ha vivido el seguidor celeste fue en 2013, cuando estuvieron a nada de romper la “maldición” de subcampeón que ya los acompañaba, pues al menos en Liga perdieron las Finales del Invierno 99, así como las del Clausura 2008 y Torneos Apertura 2008 y 2009, además de la mencionada del 2013 y la reciente en el Apertura 2018.

La última vez que Cruz Azul fue campeón...

En ese 2013, Miguel Herrera comandó a unas Águilas que protagonizaron una de las remontadas más épicas. En la Ida la Máquina se adelantó con el 1-0. Ya en el Azteca pusieron a su rival contra las cuerdas con el 2-0 global, pero en la recta final, un tanto de Aquivaldo Mosquera y el autogol de Alejandro Castro forzaron a tiempos extras. Se fueron a penales y una tanda perfecta de los azulcremas acabó con el sueño celeste de por fin ser campeones.

OTRA VEZ UNA FINAL, OTRA VEZ VS. AMÉRICA

El Apertura 2018 era un nuevo proyecto con ilusiones renovadas. Pedro Caixinha comandaba a un Cruz Azul que parecía perfecto hasta la final del torneo. Habían dominado la tabla general y poseían la mejor defensa de la campaña.

El pecado fue, según los aficionados, tener en la banca a Roberto Alvarado en su mejor versión. Eso, y un desaparecido Iván Marcone, que si bien en toda la campaña lució como creativo y repartidor de balones en media cancha, una estrategia de Herrera con Edson Álvarez como contención y no como habitual central, desequilibró toda la táctica del técnico portugués.

El día que Carlos Hermosillo jugó con chaleco antibalas

Edson se encargó de hacer los dos goles para el onceavo campeonato de los de Coapa que ahondaron en la herida celeste, aún viva, pues además la Máquina ha perdido otras finales en Concachampions, como en 2009 contra Atlante y 2010 frente a Pachuca, así como la de Copa Libertadores en 2001.

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