'Lo que pasó hace pensar que fue planeado'; así vivió un fotógrafo riña en Gallos vs Atlas

Luis Reyes, defensa del Atlas, se preparaba para cobrar un tiro de esquina frente a la porra de Querétaro; los Rojinegros tenían la ventaja del 1-0 y tras ese cobro, el juego fue detenido. Decenas de seguidores de Gallos comenzaron a dispersarse e invadir la cancha, en lo todo parecía seguir un plan que desembocó en uno de los actos de violencia más deplorables que ha sufrido el Futbol Mexicano.

En entrevista con Mediotiempo y a solicitud de anonimato por seguridad, un fotógrafo de una agencia internacional narró lo que vivió el sábado en La Corregidora. Él estaba justamente en la esquina en donde Reyes cobró el tiro y de donde un aficionado logró invadir la cancha para llegar al otro extremo e incitar a los Rojinegros.

"Todo el primer tiempo transcurrió normal. Ya para el segundo en un tiro de esquina se empiezan a oír ruidos en la parte de atrás hasta que veo que de mi lado derecho sale un cuate con sudadera negra y shorts verdes, empieza a correr y cruza toda la cancha. Se va hasta la porra de Atlas, se levanta la playera y fue ahí donde empecé a oír más ruido", contó el periodista gráfico que ha estado en eventos deportivos y sociales como la cobertura de la masacre de Nochixtlán, Oaxaca en el verano de 2016.

Y es que para el fotógrafo, la manera en la que la porra queretano logró interceptar a la de los Zorros hace creer que todo llevaba un plan que fue bien ejecutado, desde la apertura de una puerta hasta el tiempo preciso de cruzar rejas para llegar al campo de juego mientras los tapatíos corrían para salvaguardarse.

"Volteo y veo la corretiza que se estaba dando en los pasillos de las gradas. Ahí es donde se ven las imágenes de la persona que abre la reja, a mi lado izquierdo veo la mitad de las gradas de Querétaro vacías y sí me generó curiosidad porque estaba llena. volteó de nuevo y veo que la gente de Querétaro estaba haciendo una especie de pinza dirigiéndose hacia los de Atlas. Cuando el tipo de la sudadera negra se la levanta, ya había gente a pie de cancha, fue cuestión de momentos cuando empieza la invasión. Ahí es donde a mí me queda la sensación de que estuvo muy bien planeado o hasta con suerte porque primero ver eso de los pasillos y después ver que unos se quedan en las tribunas se esperan y empiezan cruzar las rejas para también encontrarse con los de Atlas, una especie de sándwich doble", recordó.

Un acto de saña

Hombres desnudos, otros más golpeando con armas sin explicación de cómo pudieron introducirlas a un estadio e incluso hasta con los postes de los banderines de las esquina, son para nuestro entrevistado características de uno de los actos más violentos en los que ha estado presente, tomando en cuenta coberturas de hechos sociales desde marchas hasta lo sucedido en Nochixtlán en 2016.

"Esto que pasó en Querétaro lo pondría en un top 3 de cosas feas que me han pasado, estuvo muy feo en el sentido de ver la poca humanidad que le daban los golpeadores a los demás. Si alguien se cae a veces los golpean y ya, pero aquí no, era un ensañamiento a las personas que estaban tiradas, eso es muy impactante en el sentido de que a mí no me había tocado ver eso contra personas que ni eran de la barra de Atlas", dijo consternado.

Heridos atendidos y pocos policías

Al igual que las decenas de testimonios que se han recabado desde los hechos ocurridos, el fotógrafo también concuerda con la ausencia de elementos de la policía estatal en las inmediaciones de La Corregidora. Uno de esos puntos es el acceso de los camiones de los clubes, en donde no vio a ningún policía como sí había sucedido en otros enfrentamientos de Gallos.

Además, en las esquinas de la cancha en donde suelen estar de dos a cuatro policías con escudos de acrílico para proteger a los futbolistas de aficionados que suelen aventar líquidos u objetos durante un cobro de esquina, también se notó esa ausencia.

Por otro lado, contó como algunos heridos eran atendidos por paramédicos.

"Topé con un puesto de auxilio que estaban poniendo los paramédicos, ahí estaban auxiliando a gente de Atlas, varios golpeados y desnudos. Fácil eran ocho personas, unas tres en el piso eran atendidos".

La agencia de fotografía en la que trabaja tomó la decisión editorial de no publicar fotos de heridos por respeto a las víctimas y familiares.