Tuvo dos infartos y la fe lo ayudó: historias de futbolistas y su transición al cristianismo
La religión cristiana ha tomado auge en los últimos años en el futbol mexicano.
A los 18 años, en las fuerzas básicas del Palmeiras, William da Silva sufrió dos infartos que pusieron en riesgo su vida y lo alejaron de las canchas del 2004 al 2006.
Ese episodio, que llegó acompañado con un problema de depresión, ocasionó que el jugador brasileño del Toluca dejara sus raíces familiares católicas y se acercara al cristianismo, religión que profesa desde hace más de 12 años y la que, como a muchos otros colegas, le ha servido de refugio tras malos momentos personales, laborales o de salud.
“Cuando me pasó eso de la enfermedad me deprimí, bajé como 10 kilos y cuando empecé a conocer de Jesús fue algo que me empezó a levantar en la parte espiritual, en la parte del ánimo y llevó ya 12 años profesando esta fe”, platicó a Mediotiempo.
Así como William, otros futbolistas han cambiado de religión o retomado las bases que tenían en casa, como el portero de Lobos BUAP, José Antonio Rodríguez, quien tras padecer la muerte de su abuela materna, decidió inclinarse por la religión cristiana.
“Mi abuela era líder pastoral cristiana, y una abuela por el lado de mi papá católica, entonces Dios siempre estuvo muy presente en mi familia. A mí me cae mucho cuando fallece mi abuela que era líder pastoral”, contó.
Dieter Villalpando, jugador de las Chivas, también reemprendió su camino dentro del cristianismo, situación que, al igual que a Luis Felipe Gallegos, del Necaxa, le permitió arreglar problemas personales que le impedían rendir al 100 en las canchas.
“No creo que sea una moda, hablando religiosamente, Dios tiene un propósito para cada quien, yo tomé la decisión de seguirlo porque él transformó y cambió mi vida. Yo estaba a punto de divorciarme, mi esposa era católica y se volvió cristiana y la verdad que llevamos una vida muy buena”, señaló.
Gallegos, quien formó parte de la Masía, un grupo cristiano que inició en el Necaxa y que ha tomado fuerza en otros equipos como Cruz Azul y Pachuca, comentó que muchas veces a los futbolistas, por la clase de vida que llevan, les hace falta dirección en su vida, algo que él encontró a los 23 años cuando fue bautizado por su colega y compatriota, Marcos González.
“Yo cuando conocí a Jesucristo estaba pasando un mal momento en mi matrimonio y justo llegó mi compañero y me habló del matrimonio, fue la primera institución que creó Dios”, mencionó.
“Yo pensaba que vivía bien, pero hacía cosas que no hacía correctamente, fue donde me tocó el corazón y cambié, después Dios restauró mi matrimonio, ambos crecimos, después tuvimos otro hijo, después nos casamos por la iglesia cristiana”.
Desde el punto de vista de Julio Pasten López, pastor chileno y exjugador del Colo Colo en los 90, los futbolistas viven a un ritmo acelerado debido a la condición económica que pueden lograr y a la fama que los rodea, situaciones que los hacen proclives a perder, no solo la estabilidad financiera, sino también la espiritual.
“A los 35 años qué vas a hacer a este ritmo de vida con el trago, a este ritmo de vida engañando a tu esposa… vas a quedar solo”, expresó.
“Es triste porque el jugador o cualquier persona (al Cristianismo) llega cuando se está separando, porque tiene algún problema, que se quedó sin club”.
Reportero. En MT desde 2011. Egresado de la Universidad Carlos Septién
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