Toluca empató en títulos de Liga MX a América tras vencer con drama a Santos
La primera década del Siglo XXI se convirtió en la más exitosa del club escarlata, lo que les permitió escalar posiciones en el ranking de los más ganadores
Con un calor sofocante de más de 30 grados y un Alfredo Talavera como figura, Toluca se volvió un equipo histórico al sumar su décimo título de Liga MX tras vencer a Santos un 23 de mayo de 2010, en una Final de Vuelta en la que faltó el gol pero no el dramatismo.
Con ese título, los Diablos Rojos sellaron la época dorada del club que lo metió entre los más ganadores, de la mano de un Talavera que detuvo el penal definitivo a Fernando Arce para levantar el trofeo en casa, en un Nemesio Díez que tuvo el encuentro definitivo a las 12 del mediodía de aquel domingo.
La primera década del Siglo XXI se convirtió en la más exitosa del club escarlata, que además del título en el Bicentenario 2010, logró los del Apertura 2002, 2005 y 2008, añadiéndolos al palmarés que ya tenía el equipo con los campeonatos de la temporada 1966-67, 1967-68, 1974-75 y el Verano 1998, 1999 y 2000.
Aquella tarde, Toluca presumía haber alcanzado al América en títulos y se perfilaba para cazar a Chivas, que entonces era el equipo más ganador de México con 11 campeonatos.
SANTOS, VÍCTIMA DE SUS ERRORES
Enfrente estaba un equipo lagunero que se quedó a un paso de conseguir su cuarto cetro, con Rubén Omar Romano en el banquillo: el estratega estuvo cerca de conseguir el que pudo ser su primer campeonato como entrenador, en una serie que perdieron en la casa escarlata con fallos increíbles.
La ofensiva de los Guerreros estaba conformada por Oribe Peralta, quien tuvo un par de oportunidades, un Darwin Quintero que no salió fino y Matías Vuoso, quien tuvo una de las peores tardes en su carrera.
La Ida en el viejo Estadio Corona terminó igualada a dos goles y todo se tuvo que definir en la Vuelta, pero transcurrieron 120 minutos de nada, los de Romano se cansaron de fallar y demostraron por qué les costaba ganar en Liguillas en el Nemesio Diez, pues llegaban con un saldo de cinco derrotas, una de ellas en la Final del Verano 2000.
Todo se tuvo que definir en penales, una serie cardíaca, ya con los equipos agotados por el calor pero con Talavera enorme en el momento clave al tapar dos cobros, uno de ellos el definitivo, ejecutado por Fernando Arce, para erigirse como la figura de los comandados por el Chepo.