Futbol

Mussolini y sus artimañas para que Italia ganara el Mundial de 1934

Sin ser fanático del futbol, el dictador italiano tuvo mucho que ver para que su Selección fuera Campeona del Mundo

Italia 1934 fue conocida años después como: 'La Copa del Duce'
Italia 1934 fue conocida años después como: 'La Copa del Duce'
Ciudad de México

A al largo de la historia, el deporte y las políticas autoritarias, fascistas y personajes ligados a la dictadura o algún grupo criminal, han estado relacionados. Desde Hitler y Jesse Owens en los Olímpicos de Berlín, hasta la intervención de Pablo Escobar en los intereses de del Futbol Colombiano. La fuerza y alcance del deporte es sin duda una gran vitrina de propaganda para fines políticos y sociales, que muchos han sabido explotar, pero pocos lo hicieron como Benito Mussolini

Político por vocación, líder nato desde muy joven, Mussolini fue escalando posiciones rápidamente en su carrera en el poder en Italia y para 1922 fue nombrado presidente del Partido Nacional Fascista y a los pocos meses y con la poca oposición del Rey, llegó a ser Presidente del Consejo de Ministros Reales, por lo que tomó poder del Parlamento y a partir de entonces inició su autoritarismo, con la idea de tener el poder de todo el Mediterráneo, utilizando a Roma como la ciudad principal de su mandato.

Para 1930, con la creación de la primera Copa del Mundo, Mussolini quería llevarla a Italia, sin ser fanático del futbol, desde entonces ya sabía el poderío económico, mediático y social que se obtendría por organizar un evento así, sin embargo el torneo se fue a Uruguay y el dictador tomó cartas en el asunto. 

Presionó a los directivos para llevar a su país a figuras de Sudamérica con sangre italiana y empezar a formar un equipo poderoso de cara al otro Mundial, que evidentemente, Benito movió su influencia para llevar a la Bota. Amenazó a Suecia para que declinara como sede que y así, en 1934, la justa mundialista llegó a territorio itálico.

Con propagandas por todo el país con jugadores jóvenes italianos pisando un balón y haciendo la señal Fascista, la Copa del Mundo de 1934 se convirtió en la máxima vitrina del régimen de Mussolini. Estuvo presente en todos los juegos de la Selección, los estadios repletos de camisetas negras, la milicia de su régimen y un ambiente tenso, la Copa se llevaba a cabo.

Varios relatos detallan que previo al Mundial, Benito Mussolini visitó a Giorgio Vaccaro, presidente de la Federación Italiana en ese entonces y de una manera muy intimidante le exigió que Italia ganará el campeonato.

Sin pruebas escritas o grabadas dela algún amaño, pero con crónica de aquel 1934 y relatos de algunos presentes de esos tiempos, destacan los arbitrajes altamente sospechosos a favor del equipo Italiano, en especial contra España, dónde hubo 7 lesionados de los ibéricos, 2 goles buenos anulados y que años después, Jules Rimet bautizara como 'La Batalla de Florencia'.

La vergonzosa actuación arbitral de esos Cuartos de Final fue tan comentada que después del Mundial, el central del juego, René Mercet, fue expulsado de por vida del arbitraje, tanto por la FIFA como por la federación Suiza.

Para la Semifinal, una vez más Italia sería favorecido por el arbitraje y apenas con 1-0 a derrotaron al entonces poderoso combinado de Austria. La Final fue ante Checoslovaquia. Al medio tiempo del encuentro, cuenta la leyenda que en el vestidor se presentó un subordinado del Duce con un mensaje claro: "Señor Pozzo, usted es el único responsable del éxito, pero que Dios lo ayude si llega a fracasar". Con la presión a tope, los jugadores y el DT salieron a jugarse la vida, literalmente al segundo tiempo.

Sin embargo, los Checoslovacos se pusieron al frente y todavía estrellaron dos balones más en el palo, lo cual hubiera cambiado la historia y posiblemente sus vidas para siempre. Pero a 8 minutos del final, Italia empató y en la prórroga lo ganó. Así la mera estaba cumplida, Mussolini tenía su Copa del Mundo y el pretexto perfecto para continuar con su dictadura, basándose en lo que 11 hombres habían logrado dentro de la cancha: El poderío, la garra y el hambre de victoria de los italianos.

Durante los años siguientes, Mussolini continúo con su conquista del Mediterráneo, se unió a Alemania para la Segunda Guerra Mundial y poco a poco vino la debacle. En 1943, Mussolini fue arrestado por orden del rey Víctor Manuel III, que ya había recuperado algunos territorios de la dictadura. Adolf Hitler lo quiso rescatar y aunque sí logró escapar, terminó encerrado en su propia jaula. En 1945 quiso huir por Suiza, fingiendo ser diplomático del gobierno español pero fue reconocido y fusilado en diciembre de ese mismo año.


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