‘Me trataron como basura’; El abandono familiar que llevó a De Bruyne a la cima
Kevin De Bruyne sufrió una gran decepción cuando tenía 15 años; tras ser abandonado por su ‘familia’, prometió que jamás volvería a fracasar.
Generalmente se cree que todos los futbolistas llegaron a la cima de sus carreras de forma fácil y viviendo entre lujos, pero hay algunos casos donde sufrieron en demasía para alcanzar el éxito; eso le ocurrió a Kevin De Bruyne, estrella del Manchester City, quien tuvo que afrontar que su ‘familia’ lo abandonara para enfocarse en triunfar.
Kevin De Bruyne es una de las máximas estrellas de la Premier League y la Selección de Bélgica pero no siempre la tuvo fácil, ya que cuando tenía 15 años fue rechazado por su ‘familia’ por ser ‘muy callado y tímido’, hecho que marcó al belga de por vida, pero convirtió la tristeza en éxito y así pudo salir a flote.
El abandono familiar que llevó a De Bruyne a la cima
Según contó a ‘Players Tribune’, a la edad de 15 años, Kevin De Bruyne fue contactado por el Genk, en su natal Bélgica, para jugar en sus inferiores, el único problema de todo ello es que él vivía en Drongen, a unos 150 km de la ciudad, por lo que su familia llegó a un arreglo con el club para solucionarlo.
Con ayuda del Genk consiguieron a una ‘familia adoptiva’ con la que Kevin De Bruyne viviría por 12 meses, ya que ese fue el tiempo de contrato que firmó con el club; en apariencia todo marchaba muy bien, pues el belga iba a la escuela, jugaba futbol, comenzó a destacar y después del año regresaría a su verdadera casa por unos meses.
El Genk quedó contento con De Bruyne, por lo que después de sus vacaciones, volvería para integrarse a las categorías menores, pero al llegar a casa vio a su madre llorando y recibió la peor noticia de todas: su ‘familia adoptiva’ en realidad nunca lo quiso, al contrario, habrían platicado con el club para que no volviera.
"Cuando llegué a casa de mis padres en mis vacaciones, entré por la puerta y vi a mi madre llorando... creía que se había muerto alguien. En ese momento, me dijo las palabras que dieron forma a mi vida: 'no quieren que vuelvas, la familia adoptiva ya no te quiere allí'. Pregunté por qué y me respondió que por ser quien soy, me dijeron que ‘era demasiado callado, muy tímido, y que era difícil’".
De Bruyne entró en shock pues él creía que se llevaba bien con su otra familia, incluso les agarró cariño y por ello quedó tan dolido. Esas palabras lo golpearon anímicamente e incluso pensó en nunca más jugar futbol, pero después de meditar, tomó una decisión que marcaría su vida.
"Ese día estuve disparando un balón contra una pared durante horas. Me dije en voz alta que todo iba a estar bien, que en unos meses estaría con el primer equipo y que no volvería a fracasar. Cuando volví tras el verano, estuve en el segundo. Recuerdo que jugamos un viernes por la noche y entré en la segunda mitad... estaba fuera de mí mismo y marqué cinco goles”, recordó De Bruyne.
Finalmente y al enterarse que De Bruyne estaba despegando, su familia adoptiva regresó al club para buscarlo y entonces quisieron convencerlo de que todo era un malentendido y que ‘los aceptara de nuevo’; él los mandó a volar: 'No, me tiraste a la basura, sólo fui su basura. Ahora que me va bien quieren que vuelva, ¿no? Yo a ustedes no los conozco".
Kevin De Bruyne ascendió al primer equipo del Genk en 2008 y se mantuvo ahí hasta el 2012; fue fichado por el Werder Bremen, en 2013 llegó al Chelsea, meses después cambiaría al Wolfsburgo y finalmente conquistaría la Premier League con el Manchester City desde el 2015 a la fecha.