‘A los micro nos duelen más los golpes’; Chamuel, ejemplo de grandeza | VIDEO

El luchador del CMLL asegura que es complicado figurar en el segmento, pero también, que han valido la pena todos los sacrificios.

Chamuel, luchador del CMLL | CMLL

Los puristas de la lucha libre, incluso algunos románticos, enfocados en la tradición, casi de manera sistemática se han opuesto a lo novedoso, a la evolución del deporte, por eso no aceptan combates de exóticos, mixtos, incluso los del segmento mini, el de enanitos le llamarían algunos.

Sin embargo, y a pesar de esas voces críticas, este nicho se ha ganado un sitio, porque además los aficionados son quienes con sus aplausos y vítores han provocado que sean asiduos, por ejemplo en las veladas en la Arena México en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

Y es precisamente una de las estrellas de esta modalidad, Chamuel, quien lanza que, al menos a él, los comentarios negativos no le hacen mella, porque el camino para llegar a enamorar pupilas, ese está por encima de todo.

“Siempre hay que tener una mente fría para la fanaticada, porque en el ring te llenas de mucha adrenalina y si tú sigues el juego de una persona, vas a terminar mal. Es mejor evadir eso y enfocarte siempre en lo tuyo, si no les agrada, pues ni modo, es tu trabajo, si te piden 50 y uno se niega, pues tú débete a los otros 50 y deja al otro con su coraje.

“Todo es difícil, porque no venimos con un instructivo, cuesta mucho, más que nada porque a mi estatura o a la estatura de los micros, siempre va a ser el triple, el cuádruple de enseñanza de los golpes, que una persona estándar, de talla alta y la verdad es que es más difícil, porque duelen más los golpes.

“Pero si te apasiona, siempre debes de estar aferrado, si quieres ser alguien en la vida, esmerarte y echarle muchas ganas para conseguirlo”, asevera.

Primero, Marquito Rivera

Viendo practicar lucha libre a otros, fue que le entró el gusanito al pequeño rudo para probar en los costalazos, y como otros varios estetas de su nicho, empezó siendo valet de un gladiador grande.

“Vengo de un círculo muy humilde, comerciante en la Central de Abastos y por medio de un tío, que es entrenador de boxeo profesional, quien fue sparring de Juan Manuel Márquez, de Marco Antonio Barrera, me invitó a un gimnasio, el Latinoamericano, que era donde impartía clases, ahí empecé mi andar, con el profe Hysteria. Estando como invitado, me empezó a gustar la lucha libre.

“Al día siguiente tuve mi primer entrenamiento y al siguiente ya no me podía parar, ya no quería regresar, pero mi tío me dijo que tenía que terminar lo que empecé”.

Y hablando de nombres y personajes, comparte que “me hacía llamar Marquito Rivera, salía con el hermano de Tony Rivera, el famoso Tijera de Oro; su personaje era como de stripper y salía con él bailando, haciendo lucha, jiribilla, después fui Chucky más de un año, tuve otro personaje, pasé por una operación de tibias y peronés, paré como dos años y retomé como Chamuel en el Agustín Millán de Toluca.

“Chamuel es un arcángel, yo nunca lo entendía, pero luego me empecé a empapar del personaje, porque la realidad es que yo lo tomaba como botarga, pero con el tiempo lo conoció la raza, la fanaticada y con el tiempo le agarré cariño”.

Perder la máscara

Tener incógnita se convirtió en algo sagrado para él, pero además aprendió a combinar dos vidas, una con máscara y otra como Paco, y luego de perderla, también entendió aquella que suena como cantaleta, que las cosas pasan por algo.

“Es tu incógnita, te encierras en tu papel, Paco sólo soy en mi casa, en la Arena soy Chamuel y le llegas a tener cariño, con el tiempo asimilé, aunque mi temor era el ya no agradarle al público, pero me siento muy cobijado y muy halagado, porque me siguen por mi persona.

“Creo que desde que perdí la máscara me ha ido mejor, los aficionados me dicen que es mejor sin ella, porque haces una gesticulación, de esta faceta me gusta expresarme ante el público, mis guiños, mis dolores, es padre, porque la raza me sigue”.

Sólo cambiaría lo malo

Ante la pregunta acerca de qué le diría al chavalillo que comenzó a entrenar lucha, aun sufriendo con su condición, porque los catorrazos para él eran más duros, el esteta lanza que tal vez sugerirle cambiar lo que no hizo correcto, pero lo demás lo mantendría sin modificarle nada.

“Hay cosas buenas y malas que trataría de cambiar, aunque no le puedo reprochar nada, porque todo lo he hecho por mi bien, desde que me subí al ring, aunque me dolía, porque yo entrenaba con muchos altos y las fuerzas son diferentes, no puedo renegar de nada, viajé, conocí mucha gente y estoy haciendo una vida que me encanta”.

  • Rodrigo Mojica
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