Maligna se la rifa arriba y abajo del ring: ‘Soy el sostén de mi familia’
La esteta norteña comparte a Sin Máscaras que la lucha libre le ha dado para vivir, de ahí que ni siquiera cuando tuvo a sus hijos se planteó retirarse de este deporte.
Cuatro años en pausa ni siquiera lograron que Maligna pudiera titubear sobre su carrera en los ensogados, pues como la jefa de casa, siempre entendió que no podía dar un paso atrás, porque además sus hijos dependen de ella.
Y es que la joven esteta, aun cuando se dio un tiempo para disfrutar de su niña pequeña, lanza que siempre estuvo fija en que regresaría para hacer lo que tanto ama, que es luchar, y porque además cuenta con el respaldo de sus retoños, quienes están muy orgullosos de mamá.
“Estuve tres o cuatro años parada, ahora mi intención es prepararme. No me pasó por la mente retirarme, porque aquí yo soy el sostén de mi casa, de mis hijos; al contrario, estaba deseosa por querer regresar, pero no quería perderme los primeros años de mi hija.
“Sí es un poco complicado por los tiempos, porque tengo una casa que atender, una familia, un trabajo, a mí misma, física y emocionalmente, quiero verme bien para la gente, pero principalmente quiero que me vean bien en casa. Nada más me dedico a la lucha libre, pero tengo que entrenar, estar en el gimnasio, tener disponibilidad de horarios. A mi niño que está más grande, que próximamente va a cumplir 10 años, le gusta mucho la lucha libre y está feliz de lo que ve de su mamá, ya quiere una máscara, su equipo, cosas así, mi niña va a cumplir tres años, y también anda ahí con lo de la lucha y todo ese rollo”.
¿Cómo es Maligna detrás de la máscara?
Introvertida, seria, apenas expresiva, la esteta nacida en Saltillo, Coahuila, dice a Sin Máscaras que la capucha que porta le da seguridad, una personalidad muy distinta a la que maneja cuando no está portando el personaje.
“Soy muy distinta, sin máscara soy una persona muy diferente, con máscara me es más fácil interactuar con la gente, convivir, vacilar, sin máscara soy muy reservada, me cuesta socializar mucho con las personas, y varias de las veces piensan que soy sangrona, pero en realidad me cuesta mucho estar socializando con las personas”.
¿Qué es lo que más ha padecido como luchadora?
La hija de Chavo Lomelí, que en paz descanse, comparte que afortunadamente no padeció con el machismo por ser parte de una disciplina que hace años era etiquetada como exclusiva de hombres, pues hubo compañeras que de alguna manera les allanaron el camino a las nuevas generaciones.
Sin embargo, acepta que le ha costado esa parte de estar ausente, pues este trabajo la privó muchas veces de fechas importantes, aunque también entiende que los sueños requieren de sacrificios para ser validados.
“Dejar a mi familia, sí es una de las cosas que te pegan, porque había ocasiones en que ya en la empresa tenía que luchar y era el cumpleaños de mi papá, de ni mamá, o incluso el de mi hijo, te pierdes fechas importantes con tu familia, y siento que eso es lo que más me pesaría.
“Soy una persona muy terca, y entre más me digan que no puedo, hago las cosas. Me entrenaba con puros hombres, con todos mis primos, con mi hermano, la realidad es que nadie me cuidaba, no me daban un trato diferente por ser la niña, creo que hasta me iba peor, pero siento que de ahí me gustó más, que yo veía que iba venciendo cosas, me hacía sentir bien, y de ahí me aferraba más a seguir y seguir entrenando”.
¿Cómo se definiría como luchadora?
Maligna, una ruda de cepa, de sangre, pero que hoy prueba en el bando contrario, aunque lo disfruta igual, se define como gladiadora.
“Es una luchadora ruda, fuerte, pero aquí me toca vivir el lado técnico, al principio me costó mucho, porque estaba acostumbrada a que me rayaran el disco, y cuando entro a la Arena México y me la dan de técnica, me costó trabajo, pero le agarré el amor, me gusta mucho ver que la afición me apoya, que está conmigo, me defino como una persona fuerte, una luchadora capaz y sin miedos”.
Agradece a su padre
La pérdida de su padre marcó a esta gladiadora, pues era muy cercana a su viejo, y piensa que se fue de su vida muy rápido; incluso, acepta que hay veces que se deprime y quisiera tirar la toalla, aunque al final sus pequeños son la que la ayudan a salir de esos malos ratos y le dan para arriba.
“Estoy pasando una etapa muy fuerte, por la muerte de mi papá, hay veces que no quiero ni pararme, pero las personas que tienen hijos tienen alguien por quien luchar, yo tengo alguien por quien luchar y esforzarme, y ustedes tienen alguien por quien seguir, siempre lo he dicho, como mujer, date tu tiempo, ve al gimnasio, cuídate, siempre anda linda, yo tengo un hijo varón y soy la expectativa de mujer que él va a buscar.
“Mi papá falleció el 30 de octubre y éramos muy unidos, me cuesta mucho hacer las cosas. Le diría que lo amo, que es el amor de mi vida y gracias por todos los valores que me dejó. Volver a ser luchadora, sin duda, no lo pensaría dos veces”.
¿Qué se diría a ella misma?
Y sobre ese ejercicio de tener la opción de decirle algo a la niña que comenzó a entrenar lucha libre, y que después se aventuró en la Ciudad de México para ser parte del CMLL, habla a corazón abierto.
“Le diría a la niña que gracias por siempre aferrarse a vivir y por todo lo que hizo, porque siempre fue una niña que no tenía miedo a nada, sus papás siempre la protegieron, y le dieron esa seguridad y esas alas para que hoy esté satisfecha, tranquila, feliz, porque desde los seis años yo decía que quería pertenecer a esta empresa”.
¿Qué es Sin Máscaras?
Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.
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