Sanely no podía desentonar: ‘En casa desayunamos, comemos y cenamos lucha’

La integrante de Las Amazonas del CMLL comparte en entrevista con Sin Máscaras que, su padre, Mano Negra, no quería que siguiera sus pasos.

Sanely, en entrevista con Sin Máscaras en la Arena México | César Cerón

Cuando su padre, el gran Mano Negra, aquel luchador de la época romántica del pancracio nacional en los tiempos del Toreo de Cuatro Caminos, terminaba una batalla más, la pequeña de la casa enseguida corría para probar en el ring.

Una estampa recurrente entre la chamacada que gusta de esto, aunque ella, al ser parte de una estirpe luchística, lo hacía porque ya imaginaba lo que sería su carrera como heredera del legado.

Sanely, quien recién se estrenó como madre, justo en la Arena México, en donde también probó de chavita lo que eran las cuerdas y la dura lona a manera de juego, comparte en charla con Sin Máscaras que desde temprana edad entendió que sería luchadora.

Toda la vida lo tenía en mente, hasta que se dio la oportunidad terminando la carrera (psicología en la UNAM), pues ya mi papá no me pudo decir que no; le entregué mi título y le dije: ‘préstame tu guante y de ahí para adelante’”.

Sin precisar sobre el momento exacto en que había tomado la decisión, asegura que la disciplina ya la traía en la sangre, porque además muy pronto se adentró en este mundo tan místico.

“Fue algo que toda la vida lo tuve consciente; no sabría decir si a los ocho, nueve o diez años me brincó la idea, toda la vida lo tuve claro, en la casa comemos, desayunamos y cenamos lucha libre; cuando estaba pequeña, mi hermano se dedicaba a eso también, entonces yo iba a entrenar con mi hermano, era una mocosa, entonces lo traes en la sangre, cada función que mi papá iba a luchar, terminaba, y todos los chamacos al ring, y obviamente yo era de las primeras ahí dándome de catorrazos, entonces es algo que tú te das cuenta que lo traes, que de la noche a la mañana no es algo que te surge, sino que está, y estás consciente que tarde o temprano lo vas a realizar y fue en mi caso”.

Su papá no quería que fuera luchadora

Terminar una carrera, graduarse, ser una mujer preparada, profesionista; el requisito del jefe de casa fue claro, pero luego de que validó el pedido, la hoy integrante de Las Amazonas del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) le pudo dar rienda suelta al plan que desde chiquilla se había fijado.

Aun en contra de papá, porque él no estaba seguro de que su princesa se adentrara en un mundo tan complicado para las niñas, cumplió su palabra.

“Creo que la misma historia de la lucha libre femenil era la que no le permitía aceptarlo del todo. Nos contaba que la lucha libre en las mujeres era complicada en ese entonces, mi papá viene de otra época, en la que vio cómo sufrían compañeras, y no quería eso para mí, ya bastante sufrimiento con los catorrazos arriba del ring, además de ver que no se le valoraba, que no se le respetaba, y que se le trataba horrible a la mujer”.

Agradecida con las pioneras

Sin embargo, la bella gladiadora, quien, durante un tiempo probó en el mundo del fisicoculturismo, pues lanza que “soy una mujer de retos y fue un reto que me puse; estuve varios años y tuve varios triunfos, me demostré que podía ser disciplinada”, cuenta de regreso al pancracio que, para su fortuna, ella no la sufrió con el machismo de este lado.

Incluso, agradece a las pioneras del segmento, porque acepta que allanaron el camino, y ahora las nuevas más bien la pasan a todo dar, y sin distinciones en el circuito a donde le tocó estar.

“Me enteré de cosas que han pasado, a mí, afortunadamente, en lo personal, no me ha tocado ninguna experiencia desagradable; como siempre lo digo, las compañeras de antaño, que lucharon, que pelearon, abrieron las puertas, y yo soy la que estoy gozando de esa pelea ahora”.

Sin mirar atrás

Y respecto a aquellos instantes en que pudo flaquear, pues el trabajo es voraz, agotador y el tiempo parece alargarse, la nieta del Rebelde lanza que jamás titubeó, porque aquello de hacer la lucha para llegar, es literal, y siempre lo entendió.

“Cuando uno empieza a entrenar, se da cuenta que no es nada de lo que tú tienes en mente, te duele hasta la pestaña, entonces creo que ahí es uno de los momentos cuando la gente que está practicando se cuestiona si realmente vale la pena; ‘¿le sigo, no le sigo’?, entonces, ya pasas ese tramo, y vas para adelante, qué fue lo que me pasó a mí, no tiré la toalla y dije, ‘de aquí soy, y para adelante’”.

Es el tiempo de ellas…

Sanely asevera que las condiciones entre varones y féminas, al menos en el CMLL, son parejas, aunque lanza que es momento de que las gladiadoras tengan un sitio permanente, pero además con grandes carteleras en las que sean las únicas, porque tienen el talento para soportar a un público que suele ser bastante exigente.

“En eso del trato yo no he visto la diferencia, porque necesito estar un poco más de tiempo, estuve parada alrededor de dos años, pero la evolución de Las Amazonas en la actualidad es muchísima, mayor a cuando yo me fui, entonces es un reto para mí, y una presión poder alcanzarlas en ese nivel, y poder estar dentro del grupo y dar esos encuentros de buena calidad.
“Sólo nos falta esa oportunidad de poder estar siempre en un cartel, en cualquiera de las Arenas, como también poder hacer un programa completo de puras Amazonas”.

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Skadi



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