¿Qué fue de Sangre Chicana, el apodado Amo del Escándalo?
También conocido como el Pocho Maldito, Chicana fue uno de los rudos más odiados y recios en la historia de la lucha libre mexicana.
Andrés Durán Reyes es el nombre real de uno de los rudos que más estruendo ha generado en la historia de la lucha libre mexicana, que fue capaz de enfrentar a los mejores de su época y que llenó de sangre los encordados en la búsqueda de brindar un gran espectáculo a la afición. El mismo que decidió llamarse Sangre Chicana y recibió el apodo del Amo del Escándalo, uno que le quedó a la perfección.
Uno a uno desfilaron frente a él figuras como los Los Misioneros de la Muerte, Satánico, Fishman, Pirata Morgan, Canek, Villano III y una pléyade de gladiadores, aunque tal vez ninguno como el Perro Aguayo, un rival con el que nunca tuvo una buena relación, aunque también uno de los que más respetó.
¿Cómo nace el nombre de Sangre Chicana?
Durán Reyes comenzó su andar en los cuadriláteros en 1971 con el nombre de Vampiro Negro, aunque no fue el único que utilizó antes de tomar ese que lo llevó a los planos estelares, ya que también fue la Sombra, Lemus y Andy Rodríguez, en una extraña faceta como exótico, aunque un suceso familiar cambió todo.
En 1976 nació su hija mayor en Chicago, Illinois, y fue de ahí donde se inspiró para tomar el nombre de Sangre Chicana. Su hija era nortamericana y él mexicano, una realidad que comparte con millones de mexicanos que migran a Estados Unidos y de la cual se valió para asumir su poderoso personaje.
Sangre Chicana tenía máscara
Andrés llegó a la Empresa Mexicana de Lucha Libre enmascarado y poco a poco sumó rivalidades como las de Gallo Tapado y Demonio Blanco, hasta que decidió unirse a Fishman para tratar de hacerle la vida imposible a El Cobarde, una apuesta que le costó demasiado caro.
El Pocho Maldito maravillaba con su tapa escarlata adornada por un antifaz dorado, la cual realmente amaba. "Créanme que es muy bonito salir enmascarado", recordó a El Arte del Gotch, canal de YouTube, hace un par de años sobre una faceta que no duró demasiado.
En 1977, tras llevar la rivalidad con El Cobarde al límite, se organizó un triangular de máximo peligro que acabó con dos máscaras en las manos de Fishman. Cobarde ganó el primer encuentro y dejó que los dos grandes amigos se enfrentaran entre sí y ahí el Látigo Lagunero acabó vencedor. Una semana más tarde, el 30 de septiembre, habría otra el rey de los mares se vengó de la afrenta a su amigo.
Catapultó su carrera
Por fortuna, su personalidad le dio para mantenerse en el gusto del público y crecer profesionalmente. "Ya había luchado sin máscara, yo pensé que sí traía ángel, pero no tanto", explicó Sangre Chicana, quien tras ello siguió sumando grandes oponentes, entre los cuales colocó en una vitrina aparte al Villano III y un escalón arriba al Perro Aguayo.
Decir que acabó ensangrentado el 90 por ciento de ocasiones que se enfrentó a ambos no es una exageración, pero siempre lo hizo por el afán de agradar. Su recio estilo se complementaba y satisfacía. "Nunca le llegué al Perro Aguayo ni al Villano III, pero siempre hubo entrega de Sangre Chicana hacia la afición", comentó a El Blog de la Lucha.
Desfiló por las grandes empresas, por el Toreo de Cuatro Caminos, la Triple A y el Consejo Mundial de Lucha Libre hasta retirarse en agosto de 2019 tras ser rapado por El Satánico, otro veterano salvaje de los que le agradaba enfrentar.
¿Cuál es el legado de Sangre Chicana?
El rudo iba a ser homenajeado en la Arena México en marzo de 2020, pero debido a la pandemia la ceremonia no se pudo dar. No obstante, su nombre sigue ligado a la lucha libre porque tiene hijos que decidieron tomar esa profesión, entre los cuales destaca Hiedra, su mayor orgullo.
Fueron luchadores también Sangre Imperial, Sangre Chicana Jr., Hijo de Sangre Chicana, Lluvia y Lady Chicana, a quienes acostumbra acompañar en sus funciones, ya sea en la Ciudad de México, Monterrey o Nuevo Laredo, las ciudades que más frecuenta.