Solaz, la joya de la corona del Abierto de Los Cabos

El lujoso complejo de 14 hectáreas albergará la cuarta edición Abierto de Tenis Mifel.

Por sus ventanas se asoma el Mar de Cortés y es su arquitectura la forma más cercana de acercarse a la biodiversidad de la Baja. El hotel Solaz Resort es una joya cuyo brillo único promete deslumbrar a los jugadores de la ATP que a partir de 2019 asistan al Abierto de Tenis Mifel.

A lo largo de 14 hectáreas, este lujoso complejo será el hotel del ATP 250 mexicano desde la cuarta edición. Luego de más de tres años de comenzar a ser edificado, es la gran apuesta para apuntalar al torneo como el favorito del circuito.

“Es un proyecto que tiene mucho valor, mucha enjundia. Es un proyecto que tardó mucho en construirse porque tiene mucho detalle, al ser un resort que busca darle voz a la Baja que mucho tiempo no tuvo”, explicó Ricardo Iriarte, manager de relaciones públicas de Solaz Resort, a Mediotiempo.

Baja California Sur fue considerado territorio hasta 1974, cuando por fin se decretó como un estado más de la República Mexicana, por lo que es el más joven del país junto con Quintana Roo. Es por eso que el Solaz Resort recopila lo mejor de esta entidad y enaltece su riqueza cultural y natural.

“Este hotel rescata toda la cultura, el arte y lo endémico de aquí, lo indígena de la Baja. Estamos orgullosos y contentos, poder hospedar a todos estos jugadores es un orgullo”, dijo.

El Solaz se encuentra disponible para algunos tenistas desde esta, la tercera edición del Abierto de Los Cabos, pero será el año próximo su inauguración oficial. Mientras que para 2020 contará ya dentro de sus instalaciones con el estadio que albergará este ambicioso torneo.

“Para 2020 tendremos instalaciones de lujo para ATP, será un centro de alto rendimiento deportivo con un centro comercial y también, será un anfiteatro, para darle un uso múltiple para dar cultura no solo deportiva sino de arte”, indicó.

El resort cuenta con grandes ofertas para huéspedes, como lo son su arquitectura única, que respeta las cañadas del lugar. Posee una gran variedad de arte, con esculturas y piezas hechas por César López Negrete, así como un jardín con plantas endémicas de la Baja. Un deleite sensorial para sus visitantes.
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