Macanas Cuéllar, el niño que quiere ser como el Canelo Álvarez
Emiliano, hermano del Campeón David “General” Cuéllar, a la par de seguir los pasos de éste, se inspira en el Multicampeón Supermediano.
A los diez años y con cinco practicando boxeo, los últimos a un nivel más profesional, Emiliano Cuéllar, y como si fuera la mentalidad de un adulto, ni siquiera titubea cuando le preguntan por qué renunciar a las actividades de un niño común y corriente, a esas que son más apegadas a la media de su edad.
Y es que el Macanas, con el ejemplo en casa de su hermano, David “General” Cuéllar, quien ahora mismo se ostenta como Campeón Internacional del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), a la par de ser su figura a seguir, se convirtió en esa inspiración para intentarlo arriba de un cuadrilátero.
Pero el chavito queretano, quien, apegado a la forma y modo más auténticos, cumple con el rigor de la vida de un pugilista, igual ve en el personaje de moda, Saúl “Canelo” Álvarez, a otro que le aumenta las rayitas a esos sueños que podría tener cualquier chavalito como él, de querer ser alguien, una figura, una estrella, en este caso, del deporte de los puños.
“Llevo cinco años en el boxeo y sigo entrenando duro”, comparte en entrevista para mediotiempo Emi, justo en el sitio en donde ha moldeado su figura como peleador, en su natal Querétaro, en el gimnasio que le acondicionaron en casa.
Y cuenta que, para él, siempre ha habido apoyo de los suyos, incluso siendo valedero con papá y mamá haciéndola de sus entrenadores, pues han sido quienes le han ayudado en esa parte formativa en todos niveles.
“Le dije a mi papá que quería ser boxeador, y respondió: ‘¿seguro?’, le contesté que sí, y me dijo que ya no iba salir”.
El niño boxeador que goza su deporte
Emiliano, el más chico de la dinastía, acepta que ha sido complicado esto de entrenar a un nivel superlativo tan pequeño, aunque al final se ha convertido en gran parte de su vida, porque ser campeón del mundo no es una mera intención, o algo de dientes para afuera.
“Yo pensaba que todo es diversión, pero no, todo es fuerte, porque vi los pasos de mi hermano, las combinaciones y todo. Pues, como dijo Miguel, si él llega, me levanto, me visto para ir con él y hago los ejercicios con él.
“Regreso para irme a la escuela, luego descanso y hago mi boxeo, y ya es lo que siempre hago”.
Y precisamente, Miguel Mendoza, quien es su preparador físico, comparte acerca de lo que es trabajar con el famoso niño boxeador queretano.
“Me sorprende mucho que a su corta edad sea disciplinado, es muy disciplinado, siempre entrenamos entre las cinco y las seis de la mañana, y es el primerito en salir. Bueno, él se levanta, cuando no me ve, corre, luego va a la escuela, descansa y entrena su gimnasio normal; y cuando me ve, es levantarse, corremos juntos, hacemos ejercicios, todo lo hace idéntico como el día anterior”.
Admirado entre sus compañeros
Treinta de abril, Día del Niño, y para Macanas esa rutina es el regalo más deseado, porque vive esa niñez a su modo y como ahora mismo más le llena, porque en serio el boxeo es su todo.
“Sí, hago algunas cosas como todos los niños, pero no de salir con mis amigos a las bicis, nada más a los videojuegos. Estoy enfocado en eso y a la vez en el boxeo”.
Y respecto a sus compañeros de colegio, de la colonia, cuenta que casi todos saben de su faceta como pequeño atleta, pero que además le preguntan cosas.
“Se enteraron por mis nudillos, como pego bien duro, y me dijeron: ‘¿eres boxeador?’, y les dije que sí; con eso se enteraron que yo era boxeador.
“Qué si es cansado, y les digo que sí es cansado, es un ejercicio duro y pues es lo que siempre les digo, es un ejercicio duro”.
Finalmente, ante esa opción de dar un vuelco, y ponerse más bien en modo chaval de diez años, lanza que esta actividad lo cautivó, y sin pensársela tanto, asevera sobre su decisión.
“Sí, sí ha valido la pena. Se siente bien, se siente pues como si fuera profesional, pero aún no estoy en la etapa de eso, pero se siente bien”.
Emiliano “Macanas” Cuéllar, el niño que quiere seguir los pasos de su hermano, El General, y ser como el Canelo.